Miedo, respeto, precaución… Podéis llamarle como queráis pero eran mis pensamientos sabiendo que me enfrentaba al I Maratón Internacional de Tenerife.
Esta prueba no iba a ser como las anteriores que había corrido. Esta prueba iba a ser más dura. Los 42,195km iban a transcurrir en un circuito donde el calor, el sol y la humedad iban a estar presentes. Objetivo: acabar con dignidad.
Todos teníamos la esperanza de que saliera un día «bueno». Con bueno podemos entender no más de 25º y algo de nubes para no ponernos más morenos de la cuenta… Sin embargo, esas nubes solo estuvieron en la primera parte de la prueba.
Con mis amigos y compañeros del Guachinche Maratón nos repartimos la tarea, Unos a la media, otros a por los 42km y el gran grueso del club a asegurarse de que la Sureña vendía todos los cubos de cerveza posibles durante las 4 horas de carrera. 😉
Como era de esperar la primera vuelta se desarrolló sin problemas. 21kms despacito, reservando y disfrutando del trote agradable tanto un servidor como el resto del equipo.
La segunda vuelta ya se puso más seria. Tras pasar por la media y avanzar menos de 1km, todo el barullo de la gente y la animación pareció desaparecer y fue cuando comenzó la carrera de verdad. Apretaba el sol, las calles estaban más vacías y los kilómetros empezaban a hacer mella.
Nunca, pero nunca, pensé que tendría que parar y caminar en un maratón. Había oído hablar del muro pero en las otras dos competiciones que había disputado no lo conocí ni de lejos. En esta sí. Vino y se quedó conmigo. Como si de un manual se tratara en el km 32 mi cabeza no pudo seguir mandando y decidió parar.
Reconozco que lo pasé mal. Pensé qué pasaría si abandonada. Estaba lejos, no tenía móvil… uffff (qué marrón decía yo para mis adentros) Pero… ¿podría volver a correr? Lo intenté varias veces pero la cabeza fallaba y me obligaba a parar.
Vi gente vomitar, abandonar e incluso tumbada. El sol y el asfalto estaban haciendo su trabajo.
De todos modos, con coraje y gracias a la gente que me esperaba en meta y los que corristeis conmigo en la distancia, al final ordené mis ideas y corrí a buen ritmo los últimos kilómetros, y además, disfrutándolos.
Nótese el avituallamiento «extra» poco antes de llegar… 😉
Gracias guachincheros y gracias a todos lo que me animasteis antes, durante y después de la carrera.
Esta, como otras, también va por vosotros.
Vídeo resumen de todos mis amigos y mi felicitación a la Organización y voluntarios por el esfuerzo.
Hacer esta carrera no es fácil y salió todo perfecto. FELICIDADES PARA VOSOTROS TAMBIÉN.
Hola amigos! Gracias por vuestros comentarios.. .Parece que estos 42kms no han podido con nosotros pues ya estamos inscritos para Barcelona!!! 😉 Go, go, goooo!
Felicidades Mario, si preparar un maratón ya es meritorio, acabarlo es el premio, y en ocasiones como ha sido esta por la climatología que cuentas toda una proeza, los que estamos en el centro peninsular quisiéramos algún grado de los que tuvisteis demás.
!!!!La marea negra te saluda!!!!
Hola Mario felicidades por haber acabado tu 3ª Maratón ya eres todo un maratoniano .
Gracias a Emma y a ti por las fotos están preciosas nos emocionamos viendolas
te hacen revivir esos momentos .
Tremendo como siempre Mario!! Gracias por ser tan sincero con tus sensaciones, a veces un parón sirve para coger mayor carrerilla. Enhorabuena!!
Hola Mario,
Enhorabuena por la maratón, con qué cara de felicidad entraste, ¡Cerveza incluida! Muchas felicidades también por el vídeo, es un trabajo precioso, y por las fotos.
¡Esto sí que es un equipo!
Un abrazo
Bea
Gracias amigo por hacer historia, por ser como eres y beber birra jejjejeje
Un abrazo enorme, me dio mucha alegria verte entrar en meta.
Un aplauso merece la gesta y otro para tu corazón que soporto semejante palizon.
El día de Nochebuena nos vemos Presi en la ya tradicional Legua de Perales para este equipazo.