Paco Farero es el nombre por el que todos conocemos a este fotógrafo madrileño, principalmente, por su trabajo fotográfico y formativo en Night Colours junto a su amigo y compañero de aventuras Iván Sánchez “Fusky”. Paco es un hombre de familia, viajero empedernido, deportista, amante de la música, la lectura y el cine, que no pierde oportunidad de absorber todo el arte y conocimiento a su alcance para aplicarlo a su manera de ver el mundo, la vida, y transmitirlo a través de sus fotografías. Se define a sí mismo como introvertido, pero tras ese caracter reservado resulta fácil adivinar a una persona decidida y de ideas claras, tremendamente honesta y entregada a su afán de hacer realidad sus sueños. Como muestra de ello un buen día decide dar un giro radical a su vida, con lógicos temores pero sin duda alguna, para dedicarse de lleno a la fotografía dejando atrás su carrera como ingeniero naval. Carpe diem es su filosofía de vida, al punto de llegar a tatuarlo en su propia piel para recordarse a diario que su mayor objetivo es disfrutar de cada instante, de su gente, de su tiempo y de todo aquello que realmente es importante para él. Mantener con Paco la charla que da lugar a esta entrevista ha sido una experiencia inspiradora para mi, tanto como espero que lo resulte para ti.

Siento curiosidad, Paco: siendo tu apellido Muñoz, ¿cómo te conviertes en Paco Farero?
“En primer lugar muchas gracias por contar conmigo para esta entrevista, por interesaros por mi trabajo y querer saber más de mi, es un placer y un orgullo. Pues la verdad es que no sé el momento exacto en que ocurrió, pero sí me acuerdo que cuando me hice el perfil de Facebook busqué un nombre que no fuera real, porque guardo con bastante recelo mi privacidad. Mi atracción por los faros y el trabajo de los fareros, supongo, hizo el resto. En casa tengo una colección más grande de lo que a mi mujer le gustaría de faros en miniatura.”

Hace dos años tomaste una decisión muy valiente: dejas tu carrera como ingeniero naval para dedicarte profesionalmente a la fotografía. ¿En qué momento tomas la decisión? ¿Recuerdas tus sensaciones de ese día?
“Ahí me tocas el corazón. Soy de la opinión que hay dos o tres decisiones en la vida que cambian tu camino y una de esas fue este cambio, sin duda. Trabajaba como ingeniero en un centro de investigación estatal, puntero a nivel internacional, desarrollando un trabajo supuestamente innovador y muy atractivo. Sin embargo, con el paso de los años y por diferentes motivos, este trabajo fue empeorando, tanto a nivel de desarrollo de mi actividad como de ambiente laboral, pero mi pasión por la fotografía iba en aumento y en ese momento realizaba las dos actividades profesionales. Un día me comentaron que debía realizar un trabajo que excedía con creces mi responsabilidad y mi formación y me opuse, a la hora estaba el director técnico amenazándome a gritos con que me echaría si no realizaba ese trabajo. Con una tranquilidad que cada vez me asombra más con el paso del tiempo, le dije que me hablara con educación y que hiciera lo que creyera oportuno, que conmigo las amenazas no funcionan y que lo que debía hacer era cuidar mas a su personal y a la gente que se dejaba el alma allí. Ese día llegué a casa y le di un abrazo a mi mujer, y mientras estaba pegado a ella le dije que la decisión estaba tomada, si ella estaba de acuerdo, ser libre. Una decisión a la que estábamos dando vueltas hacía tiempo y que los gritos de ese señor impresentable me empujaron a tomar, algo que hoy le agradezco. Fue un momento y unos días de liberación, de sentirme completo y feliz. Por supuesto, también de incertidumbre, pero el apoyo de mi familia y amigos y su confianza en mi me ayudaron a superar todas esas barreras que solemos tener cuando nos enfrentamos a lo desconocido, nos salimos de la autopista y tomamos nuestro propio camino.”

¿Qué cambió en tu vida a partir de ese instante?
“Mi vida dio un vuelco considerable a muchos niveles. Podía haber aguantado unos meses más hasta que me echaran y de esa forma poder cobrar el paro y tener un colchón de tranquilidad, pero como te decía el ambiente no era nada bueno y yo tenía mucho trabajo por delante, así que me despedí yo. En primer lugar te cambia tu mentalidad, tú eres el dueño de tu vida. Ese puñetazo en la mesa que di era porque quería otro camino. Pasamos demasiadas horas trabajando como para permitirnos perderlas, así que lo primero que cambia en tu cabeza es el pensar que siempre puedes elegir, siempre en mayor o menor medida. Lo segundo quizas sea en el propio trabajo en sí, ya no dependía de terceros al dedicarme a la fotografía full time, con todo lo que esto conlleva: no tener un sueldo fijo, la incertidumbre constante a nivel económico, el lugar de trabajo pasa a ser tu casa, viajas más, etc. Lo tercero y mas importante, ahora tengo más tiempo para hacer lo que me apetece, formarme, disfrutar de mi familia (aunque siempre he tenido trabajos que me dejaban bastante tiempo libre, pero llegaba muy cansado), de mis amigos y de mis hobbies, colaborar mas en casa…. En la balanza tiempo-dinero, he dado un vuelco hacia la izquierda del que estoy muy orgulloso. Ese vuelco implica felicidad.”

A día de hoy, si pudieras volver atrás a ese momento en el que das el salto, ¿hay algo que cambiarías respecto a cómo has hecho las cosas hasta hoy?
“Ayer mismo le decía a mi mujer que me hiciera una pregunta si ella tuviera que entrevistarme y me preguntó algo parecido, ¿alguna vez te has arrepentido del cambio? Odio la hipocresía, y a veces yo soy un hipócrita e intento rectificar. Claro que modificaría cosas y claro que he dudado. Dudar no es malo, te hace replantearte lo que has hecho y como se podría mejorar, te hace crecer. Uno solo se levanta si antes se ha caído, y no hay que tener miedo a caerse y equivocarse. Quizás podría haber conjugado más tiempo mi dos profesiones por entonces para afianzar más el trabajo de fotógrafo antes de dar el salto definitivo. Quizás debería haber hablado antes con mas fotógrafos para conocer el estado actual de la fotografía profesional, muy diferente a la visión idealista que yo tenía. Aquí me gustaría hacer un inciso sobre esto: la imagen del trabajo como fotógrafo, yo al menos, la tenia idealizada. Creía que el tiempo que uno pasaba haciendo fotografías era mayor y en mi caso es de no más del 10%. Por otro lado la competencia es atroz, especialmente en la fotografía de bodas, y es muy complicado hacerse un hueco y más cuando hay tanto “pirata” suelto, pero uno debe seguir insistiendo y ofrecer cosas distintas, es la única forma de subsisitir. Ya no hablo de tener un sueldo como el que tenía, eso y la pasión y confianza de uno mismo hacia lo que hace.”

Sobre eso que dices de los piratas, hay mucho intrusismo en la fotografía profesional, pero quizás una gran parte del problema está en el público. Quiero decir, en los clientes que no valoran la calidad de los trabajos y solo ven el ahorro. Podría ser consecuencia de una nula educación visual y de un más nulo aun respeto y desconocimiento hacia el trabajo de los profesionales, su inversión en formación y herramientas, sus conocimientos, su tiempo…
“Yo no tengo formación reglada como tal, me he formado en muchos talleres, conferencias y congresos, pero no he estudiado ningún módulo o carrera de imagen. Aquellos que sí lo han hecho podrían considerar que yo soy uno de esos piratas. Pero cuando hablo de piratas me refiero a aquellos que no cotizan, que no están dados de alta: he visto salidas fotográficas por 25 euros con transporte y bocata incluidos, bodas por 400 euros con álbum… Todo esto acaba perjudicando al sector. Pero también hay que ver el otro punto de vista, cuando compramos una batería a una tienda china por la mitad de precio que una original, en cierta forma (y no siempre, ojo) estamos fomentando un modo de producción en contra de estándares de calidad, medioambientales e incluso de condiciones laborales. Con esto quiero decir que los que nos dedicamos a la fotografía de forma profesional debemos ofrecer algo diferente, de más calidad, mas seguridad, mejor trato, personalizar el servicio… y no solo ofrecerlo, sino también, como dices, explicarlo y enseñarlo para que el cliente aprecie la diferencia y se decante por un precio mas alto pero de mayor calidad.”

Panorámica formada por 6 fotos verticales. Filtro ND de 16 pasos, porta- filtros Lucroit. Tenía esta fotografia en la cabeza desde que vi un skyline de Manhattan de Tjintjelaar en blanco y negro, y quería tener mi versión, y colgada en casa la tengo. Una de mis fotografías preferidas.
Ahora que mencionas la fotografía de bodas… llega un momento en que te metes de lleno en ese mundillo a través de Pasión en Esencia. Sin duda, es un tipo de fotografía muy diferente a las nocturnas, las escenas y los paisajes por los que te conocemos. ¿Qué tal fue tu adaptación a una manera de trabajar tan radicalmente diferente?
“No conocía a nadie que pudiera dedicarse solo a la fotografía de paisaje o nocturnas, solo el Sr. Locardi o Adamus y gente de ese nivel. Así que debía buscar otra actividad fotográfica que me gustara y que pudiera darme ingresos ¿y qué mejor que las bodas? Tenia experiencia de años anteriores y me encantaba. Hay pocos momentos en la vida en los que se reúnan todos tus seres queridos y estén felices, el bautizo no cuenta porque no te enteras y el entierro menos aun, solo las bodas o algún cumpleaños. Eres consciente de todo ese cariño y amor y ahí está el fotógrafo de boda para inmortalizarlo. Mi adaptación fue muy rápida, pasé un año formándome en cursos presenciales, congresos, mucho libro y algún 1to1. Fui de segundo fotógrafo a varias bodas gracias a algún amigo que se dedica a este mundillo (gracias Javier), y cogí esa soltura que uno debe tener ante un acontecimiento en el que todo va muy rápido y no puedes fallar. Encima, tuve la suerte de contar con la ayuda de mi mujer, algo que consideraba imprescindible. La visión femenina de una boda es diferente a la masculina y, aparte, a la novia le da una seguridad y confianza en ciertos momentos que yo no podía dar. Evidentemente, es una fotografía muy diferente. Sin embargo, si ves nuestro trabajo, en especial en prebodas y postbodas, hay escenas como las que hago en nocturnas y paisaje diurno también. Ese quería que fuera parte de nuestro sello diferencial. En cuanto a las bodas en sí, como te decía, ya tenia experiencia y no me costó en exceso.”

Entonces, ¿tu experiencia en fotografía nocturna y de paisaje acaba de alguna manera plasmada en tu trabajo en bodas?
“Desde luego que sí. Los fotógrafos con los que me formé, especialmente Xulio Pazo, me animaron a plasmar parte de mi trabajo como fotógrafo de paisaje en la fotografía de boda, dando mucha importancia al entorno, a la luz, a la noche… y así lo intentamos en cada reportaje. Aunque a algunos novios de primeras les sorprende y te dicen que si es Photoshop, cuando ven esa primera nocturna en el visor alucinan, literalmente. Estamos encantados del feedback que recibimos de ellos e incluso algunos, como nos ha pasado hace pocas semanas, tienen clarísimo donde quieren su reportaje nocturno y el atrezzo que van a usar. Imagina lo que supone esto para Rosa y para mi.”
¿Y al contrario? ¿Crees que algo de lo aprendido en bodas se podría aplicar a tus nocturnas y paisajes?
“Supongo que sí. El buscar la emoción, el ser rápido a la hora de cambiar de encuadre o de parámetros, el trato con la gente… De todo se puede aprender, tanto de tipos de fotografía como de cualquier disciplina artística. Nos lo podemos llevar a nuestro campo y conseguir seguir creciendo.”

Todos conocemos tu actividad con Night Colours, el equipo que formas junto a Fusky. A él lo entrevistamos en el número 3 de la revista y habló maravillas de ti y de la compenetración que hay entre los dos a la hora de trabajar… Ahora que nadie nos escucha, ¿qué nos cuentas tú de él?
“Efectivamente formamos un tándem singular, porque nos complementamos muy bien. Algunos nos han comentado que somos como el ying y el yang por nuestras personalidades, él es una persona mas expresiva, lanzada y divertida y yo soy mas serio e introvertido. Esto hace que en nuestros talleres y viajes haya un poco de todo, él siempre aporta frescura y cachondeo, no hay mas que ver los vídeos que subimos cuando nos vamos a Islandia. Ese ambiente de confianza que es capaz de crear en un principio a algunos alumnos les choca, pero luego acaban pasándoselo pipa y es uno de nuestros logros. Para que la gente repita no vendemos solo un viaje fotográfico, vendemos una experiencia, que es mucho más que hacer fotos. Podría contar muchas cosas de él, pero creo que basta con decir que a menudo nos vamos las dos familias de vacaciones juntos, eso lo dice todo. Evidentemente tenemos nuestras diferencias, también porque somos distintos, pero hablando se entiende la gente y ya sabemos de que pie cojea cada uno.”
¿Qué recuerdos guardas de aquellos primeros días de Night Colours?
“Esto es como el primer amor, en el que todo es maravilloso, todo fluye, todo es ilusión… pues así fueron nuestros comienzos. A mi no se me conocía apenas, sin embargo Iván tenía mucho tirón, sus fotografías eran impactantes, especialmente las escenas. Un día le dije que por qué no intentábamos enseñar a realizar esas fotografías, yo me encargaría más de la organización y él del curso en sí. Y sacamos el primer curso, en nuestra querida Rascafría, y lo llenamos en pocas semanas. Nos lo pasamos genial y la gente quedó encantada, así que nos decidimos a continuar. Hubo mucho trabajo por delante, queríamos que Night Colours tuviera una imagen reconocible y pedimos ayuda a un amigo diseñador (mil gracias Emilio), creamos una web, una presentación diferente, pero sobretodo queríamos un tipo de taller distinto, mas práctico y mas personalizado. Por ello reducimos el ratio alumnos/profesor y evidentemente nuestros ingresos. Sobretodo queríamos, como te decía antes, que fuera divertido porque creíamos que si uno se lo pasa bien, aprende más y mejor. Ese fue nuestro enfoque, y así lo seguimos haciendo.”
Ha llovido desde aquellos inicios y como equipo sois autores de algunas de las escenas más memorables que ha dado la fotografía nocturna de este país. Pero debo confesarte que echo de menos ver escenas vuestras en los últimos tiempos…
“Lo de las escenas es mérito 100% de Iván, él tuvo la idea y yo solo le ayudé a desarrollarla. Empezamos con escenas sencillas donde posábamos nosotros mismos, donde el atrezzo era bastante sencillo y las localizaciones no muy rebuscadas. Hablamos del año 2011, nada menos. Todo esto fue creciendo poco a poco, la gente se animó a desarrollar las suyas y el nivel fue subiendo. Todo esto implica mas preparación, mas creatividad, modelos, atrezzo alquilado, localizaciones muy especiales… si quieres estar a la altura. No haremos escenas hasta que no encontremos algo verdaderamente original y con tiempo y cariño suficiente para que quede como nos gusta. Hace pocas semanas hemos empezado a desarrollar una idea que puede ser el origen para la siguiente serie de escenas, y en ello estamos trabajando.

el campo. Una imagen que me costó más de una hora de repeticiones debido a que tiene un doble enfoque, al situarse el objetivo a escasos centímetros de la flor, y a que había una brisa que movía las plantas constantemente
Los viajes fotográficos se han convertido también en marca de la casa en Night Colours. Sueños cumplidos y sueños que ayudais a otros a cumplir…
“Asi es. Vuelvo a intentar no ser hipócrita, porque en primer lugar estos viajes parten de nuestros propios sueños, de poder estar ahí, como dice siempre Javier de la Torre, de poder conocer esos lugares y luego de darle nuestra visión con nuestra Canon. Pero la siguiente parte es aun mas ilusionante y te llena aun más, y es poder disfrutar de los sueños de otros compañeros y amigos, porque acaban siendo tus amigos. Tener la responsabilidad de saber que la gente que se viene con nosotros a Islandia, New York o Noruega ha estado ahorrando durante meses, ha dejado de hacer cosas que le gustan o ha trabajado mas horas por cumplir su sueño en nuestro viaje, en su viaje. Solo por esto, todo tiene que salir a la perfección y nos dejamos la piel y el sueño. Y ese momento en el que ven su primera aurora y ves como caen las lágrimas de sus ojos, pensando en sus seres queridos, o te abrazas a ellos y te dan las gracias por ayudarles a vivir un sueño… eso no tiene precio, esa es nuestra verdadera droga. Recuerdo ahora mismo mil historias de estos momentos, abrazos interminables, gritos para que disfrutaran de la aurora y dejaran la cámara a un lado, gente de rodillas clamando al cielo… tantos y tantos momentos que llenan nuestro corazón.”
Night Colours ha llegado a ser una de las referencias en formación gracias a vuestros talleres. Se nota que a los dos os apasiona compartir conocimientos con los demás, ¿no?
“No hay mas que ver nuestras páginas web a nivel particular, donde tenemos bastantes tutoriales y making of de técnicas que empleamos. Compartir es una de las bases del conocimiento actual y a los dos nos apasiona la fotografía y la formación, así que compartimos lo que sabemos de forma apasionada. No entendemos el oscurantismo de algunos sobre localizaciones o técnicas, su miedo a ser copiados. Eso solo te da una idea de su inseguridad hacia su trabajo y creatividad. Por eso y por otras cosas admiro a Mario Rubio, y me gustaría contar una anécdota que tuve con él hace tiempo: siempre que ha tenido oportunidad nos ha ayudado, bien invitándonos a iNight, bien recomendándonos a gente, etc, y un día le escribí agradeciéndoselo y diciéndole que tenía mas mérito aun “siendo competencia”, él me dejó de piedra y me dio una lección, me dijo: “Competencia tiene quien compite. Quien disfruta tiene amigos, ¡te lo digo yo!.”
Mencionas la inseguridad y el miedo como probable causa de ese secretismo de algunos, pero ¿miedo a qué?
“Yo lo tenía en mayor o menor medida, por qué negarlo. Miedo a que si en redes sociales cuentas todo lo que sabes la gente no irá a tus talleres a aprender esos conocimientos, miedo a que si dices tus localizaciones otro vaya y haga una foto que destaque más que las tuyas, o a que otro fotógrafo imparta talleres como tú y haga un copia y pega desde los iconos de un cartel hasta el índice (nos ha pasado)… Es inseguridad hacia tu trabajo sobre el del resto. Con el tiempo y la experiencia, y por supuesto por todo lo que hemos vivido, te das cuenta que es pan para hoy y hambre para mañana. Tú debes hacer lo que creas que es mejor de acuerdo a tu conciencia y forma de ser. En mi caso me gusta compartir, si hay otros fotógrafos que no lo hacen, que copian, que trollean… pasar de ello.
Se podría llegar a entender cierta competitividad entre profesionales, porque al fin y al cabo tienen que luchar por sus garbanzos. Pero, probablemente, donde más se ve esto es entre aficionados que no se juegan absolutamente nada, ¿no crees?
“A simple vista puede parecer así, pero donde veo más ejemplos de secretismo y malas prácticas es precisamente entre la gente, sea aficionada o profesional, de más “nivel”. Podría darte unos cuantos ejemplos, pero prefiero que hablemos de todo lo maravilloso que tiene y te da la fotografía, que es mucho, y quitar importancia a esta parte oscura.”
Muy bien, volvamos al tema de la formación. Aparte de tus cursos con Night Colours, recientemente has unido fuerzas con Logan, otro de los fotógrafos de la “primera división” de nuestro país, para dar nuevos talleres…
“Efectivamente, no solo doy talleres con Iván en Night Colours, también imparto talleres solo, por ejemplo en la Sierra de Madrid este verano, y últimamente con Juancho. Él siempre ha sido mi fotógrafo nocturno de cabecera. Evidentemente, he bebido de un montón de fotógrafos, pero Logan tiene un estilo que siempre me ha gustado mucho: imágenes sencillas, excelentemente compuestas e iluminadas y con mucho color. Aparte, su visión y su forma de ser me han llamado mucho la atención y creía que podía aportar mucho formando a otros fotógrafos. Este año tenemos dos talleres, uno en el Torcal de Antequera el 1 de abril, cuyo objetivo fundamental es aprender a iluminar, las diferentes técnicas que conocemos y cuando y cómo aplicarlas; después, en junio, vamos a uno de los mejores cielos del mundo, el de la isla de La Palma, a buscar las vías lácteas mas espectaculares, fundamentalmente, aunque recorreremos la isla de cabo a rabo de día y de noche. Toda esta info la tenéis en www.pacofarero.com.”
En un taller anterior con Logan viniste a Tenerife y ahora este que me cuentas en La Palma. Siendo yo canario no puedo resistirme a preguntarte… ¿qué opinas del cielo nocturno y los paisajes de Canarias? Supongo que han sido factores determinantes para esa elección, además de las bondades del clima…
“(Risas) Te envidio, Enrique. Las Islas Canarias son un tesoro que tenemos a nuestro alcance y que deberían recetar médicos y psicólogos para curar nuestros males. Sus gentes, su clima, sus paisajes, su comida, son algo fuera de lo común. A mi padre, cuando estuvo enrolado en la Marina, le tocó cartografíar cada metro de sus costas y esa admiración a todo lo que tienen me la trasladó, y tengo la suerte de conocer casi todas las islas. A nivel fotográfico, por su variedad de paisajes especialmente, y por sus cielos tan limpios, son muy atractivas para el fotógrafo nocturno. No es muy común tener volcanes, bosques de laurisilva, playas kilométricas y desiertas, dunas, varios parques nacionales, etc. Cada una de las islas es diferente y tiene sus encantos, espero seguir descubriéndolas porque aun me queda El Hierro y La Graciosa”.

Amigo, no puedes dejar de visitar El Hierro. Allí no existe prácticamante contaminación lumínica. De hecho, si disparas en costa hacia el oeste, la farola más cercana debe estar en Puerto Rico. Hazte una idea.
“Lo tendré en cuenta. Es uno de esos sitios que tengo pendientes, pero hay tantos: Alaska, Patagonia, Oeste Americano, Nueva Zelanda, Himalaya, Madagascar…”
Esos talleres con Logan, ¿son un proyecto formativo que continuará a largo plazo?
“Ese carpe diem que tanto me ha dado también me dice que procure disfrutar del presente y no hacer muchos planes a largo plazo. Ahora bien, mi cabeza siempre está buscando nuevos retos y sueños por cumplir y entre ellos nuevos viajes, nuevas ofertas formativas, nuevos encuadres, localizaciones, y en algunos de ellos me gustaría contar con Juancho. El dónde y el cuándo irían surgiendo con el tiempo. De momento estamos muy cómodos, hasta tal punto que en tres días estaremos compartiendo unos fabulosos -25ºC en la Laponia finlandesa.”
Resumiendo: talleres con Night Colours, con Logan, en solitario y, además, tu trabajo como profesor en la Escuela Workshop Experience… Desde luego, estás metido hasta las cejas en la formación fotográfica. ¿Qué es lo que más te gusta de enseñar?
“Cuando era estudiante, empecé a dar clases particulares y aquello no me gustaba y lo acabé dejando. En mis inicios como formador fotográfico me costaba conectar y saber expresarme con soltura, pero era muy motivador, me gustaba que la gente pensara y le diera vueltas a según que cosas. Poco a poco fui cogiéndole cariño ante la respuesta de la gente que asistía a los talleres, y aprendí mucho de Iván. Además, tengo a mi mujer, maestra vocacional, la veo trabajar en clase y en casa y veo su ilusión, como se implica no solo a nivel educativo sino que muchas veces actua casi como psicóloga de madres y peques, cómo está siempre formándose, innovando, queriendo ir contra natura, enseñando yoga a niños de 6 años para relajarse y concentrarse, aplicando técnicas de mindfulness… Todo ello me ha hecho amar esta profesión, ir creciendo, ir aprendiendo también de la gente a la que enseño, escuchándoles y observándoles, en un continuo feedback que me hace ser mejor persona y fotógrafo, o al menos eso es lo que siento. Lo que mas me gusta de la formación es el contacto con la gente y el poder ver su crecimiento con el paso del tiempo, que se sientan orgullosos de sus fotos y no por los likes que reciben, sino por lo que representan para ellos esas imágenes. En mis talleres uso el caso de mi amigo Pedro, de cómo él quería su fotografía de la lavanda y de como la pasión, la formación y la práctica hizo que fuera repetidas veces hasta obtener esa foto que quería. Eso para mi es lo mejor de enseñar: ver que dejas un poso fotográfico y personal en la gente a la que enseñas lo que sabes y cómo ellos se sienten agradecidos por eso.”
Has sido jurado en varios concursos fotográficos, ¿qué te ha supuesto esa experiencia?
“Ufff, ha supuesto una prueba de superación psicológica. La fotografía es un arte, y como todo arte tiene un componente subjetivo inmenso. Evaluar las obras de otros fotógrafos es poner nota desde un punto subjetivo, el mío, a una obra realizada por un artista desde su punto de vista subjetivo. Evidentemente, existen una serie de parámetros más o menos objetivos, como la técnica, la composición, el momento, etc, pero todo ello envuelto a la nube de tu concepción, de tu experiencia y de tus gustos, así que fue tremendamente difícil. Si a eso le sumas que, por ejemplo, en el Quijotes 2016 el jurado lo formábamos cuatro profesionales, cada uno de una rama diferente de la fotografía, y que nos reunimos con todas las obras para tomar un veredicto conjunto, la dificultad aumenta. Entonces entran otras aptitudes para ponerse de acuerdo, y en solo tres horas pudimos tomar un veredicto común. He tenido oportunidad de ser jurado en varias ocasiones y al final me acabo dejando llevar por esa primera impresión cuando veo la foto. El impacto inicial es la caracteristica a la que le doy mas valor, pero como digo es muy difícil evaluar el trabajo de otros, el trabajo artístico.”

Supongo que, como jurado, evaluar las fotos de otros fotografos tiene esa ventaja que comentas del elemento sorpresa, de poder verlas por primera vez y analizar el impacto y sensaciones que te producen. Sin embargo, eso es algo que dificilmente puede ocurrir con las propias fotos después de haber pasado por todas las etapas del proceso, desde el encuadre hasta la edición… ¿Cómo de fácil o difícil te resulta evaluar tus propias fotos?
“Muy, muy difícil. Mira, te cuento un ejemplo que me marcó y me hizo replantearme muchas cosas… Tras un viaje hace dos años a Islandia junto con mi familia para recorrer toda la isla, descubrí un lugar mágico: Landmannalaugar, una zona inhóspita, lunar, diferente a todo lo que había visto antes en mis viajes. En una ocasión, atravesando varios ríos (aquí os dejo el relato: www.pacofarero.com/momentos-para-siempre), me encontré con una zona que me quitó la respiración, pese al frío salí del coche en sudadera y me quedé petrificado (es la última foto del post). Pensé, ¿esto existe realmente? Tras unos instantes me puse a realizar fotos. A la vuelta a España, fue de las primera fotos que edité y compartí en redes sociales. El impacto fue mucho menor de lo que me esperaba, incluso pregunté por qué creía la gente que me sigue que no les impactó tanto como a mi. Aprendí muchas cosas, la primera es que las fotos debo hacerlas para mi y no pensar en el retorno, pese a que me dedico profesionalmente a esto. La segunda es, como dijo Ansel Adams, “Landscape photography is the supreme test of the photographer, and often the supreme disappointment” (“La fotografía de paisaje es la prueba suprema del fotógrafo y, a menudo, la decepción suprema”), en el paisaje no solo influye lo que ves, sino lo que oyes, sientes, hueles… Todo esto genera en ti una imagen compuesta por muchos factores que no se ven reflejados en una imagen para el que la ve. Esto supongo que en el futuro podrá solucionarse con la realidad virtual, en la que intervengan los cinco sentidos a la hora de ver una peli, una imagen, un cuadro de una forma mas global, pero siempre faltará esa componente personal de tus gustos. Por ello suelo pedir la ayuda de amigos o sobretodo de mi mujer para evaluar esa imagen que quiero mostrar, e intentar abstraerme en cierta medida de toda la historia que hay detrás de esas imágenes. Pero también es parte de mi estilo, y por eso intento apoyarme en la escritura y contar, como un abuelo cebolleta, la historia de la foto.”

En tu fotografía es fácil observar el cuidado y la atención a los detalles; una búsqueda del perfeccionismo, diría. Te imagino muy exigente contigo mismo y tremendamente autocrítico…
“Has dado en el clavo de nuevo. Mi formación ingenieril hace que sea muy cuadriculado, perfeccionista, constante y exigente, hasta un punto casi enfermizo. A veces me veo editando una fotografía con un zoom al 150%, modificando una tabla de Excel para que quede perfectamente editada, u organizando hasta el orden de los menús que comemos en Islandia. La parte positiva de todo esto es que me hace crecer y dejar terminadas las cosas como quiero, la negativa es el tiempo que me lleva y la exigencia hacia mi y hacia la gente que está a mi lado y comparte mi vida, empezando por mi familia, siguiendo por Iván y acabando con mis compis de basket. Esa exigencia hay que saber manejarla y yo sigo aprendiendo a gestionarla, algo que me resulta todo un esfuerzo a nivel personal.”
La autoexigencia es algo que puede llegar a generar cierta frustración, pero creo que, como bien comentas, si se consigue manejar lleva a mejorar y crecer en lo que uno hace. En tu caso, si no fueras tan exigente contigo mismo y tan autocrítico, tus fotos serían absolutamente diferentes. Cada rasgo de la propia personalidad acaba tan plasmado en la fotografía como la luz que atraviesa el objetivo…
“Sí, estoy totalmente de acuerdo. Ya no solo en la fotografía, en cualquier disciplina artística e incluso en cosas mas sencillas: cómo te vistes, qué música escuchas, etc, dejan tu sello, y nos sorprenderíamos de todo lo que se puede saber de uno solo por este tipo de detalles. No sé si recuerdas la peli “Lucia y el sexo”, hay una escena en la que el protagonista, que es escritor, se siente desnudo emocionalmente cuando ella empieza a leer una parte del libro que está escribiendo. Ese mismo sentimiento lo tengo a veces cuando enseño mi trabajo a según qué personas. Es algo que forma parte de mí y me afecta, en mayor o menor medida, lo que se piense o se diga de mi trabajo, porque detrás de cada foto hay una historia, un sentimiento, un momento que has vivido y que para ti es importante.”
Vaya, creo que con esa frase acabas de darme un buen titular para esta entrevista… Paco, ha sido un placer tener esta charla contigo y conocer un poco mejor a la gran persona que hay tras esas grandes fotos que haces.
Gracias por tus palabras y por la entrevista. La verdad es que sin conocernos personalmente he quedado sorprendido con algunas de las preguntas que me has realizado, porque se ve que eres capaz de sacar partido y conocer a quien entrevistas con muy pocos datos. Poco más puedo decir… espero que a vuestros lectores les haya entretenido la entrevista y conozcan no solo al personaje, sino a la persona que hay detrás de él. Para cualquier cosa que necesitéis, no dudéis en contactar conmigo, estaré encantado de charlar con cualquiera que lea la entrevista. Carpe diem…