En el artículo de esta semana vamos a conocer a Fina León gracias a la gran entrevista que realizó Rocío Jurado para la revista Fotógrafo Nocturno.
Entrevista por Rocío Jurado
Algunas de sus imágenes parecen sacadas de otro mundo, o quizás de otro planeta… Viéndolas, adivino que Fina León debe ser una soñadora nata y que con sus fotos quiere que nuestra mente empiece a volar, adentrándose en sus paisajes de ensueño. A veces envueltos por la suave niebla, otras rodeados de verde helado o con la Luna velando los sueños y caminos que parecen dibujados. Si queréis disfrutar tanto como lo he hecho yo, no dejéis de leer esta entrevista.

Hola, Fina. Lo primero, tengo de decirte que ha sido un placer descubrir tu trabajo. A través de esta revista intento dar a conocer a fotógrafas que, como tú, hacen un trabajo espectacular. No sé cuanto tiempo llevarás en esto, pero viendo la calidad de tus trabajos me da que tienes bastante experiencia, ¿es así?
Muchas gracias Rocío, es un honor para mi que te guste mi trabajo y que lo des a conocer en vuestra revista. ¡No te puedes llegar a imaginar la ilusión que me hace! Yo llegué a este mundo de la fotografía casi por obligación, llevo en la fotografía unos siete años. Al que siempre le ha gustado la fotografía es a mi marido y él es el que poco a poco me fue metiendo en este mundo. Actualmente hemos invertido roles y soy yo la que tira de él. Un día me dije: “si lo voy hacer, ¡por lo menos intentaré hacerlo bien!” Así que empecé a asistir a talleres, a formarme y a dedicarle muchas horas a la fotografía.
He observado que en varias de tus fotos la Luna es tu aliada, al contrario de muchos fotógrafos nocturnos que huyen de ella, sobre todo las noches de verano por preferir la Vía Láctea. Sin embargo tú le das fuerza a tus imágenes integrándola en ellas. ¿Son planificadas estas fotos para sacar la Luna en el encuadre?
Para mí, personalmente, un buen encuadre con la Luna es lo más, me encanta. Algunas sí las planifico, pero en otras ocasiones es la casualidad. Por ejemplo, en tiempos de sequía fuimos a hacer el atardecer al pantano de Sau, que estaba prácticamente vacío. Cuando ya recogíamos, apareció la Luna detrás de las montañas, una sorpresa que debía ser aprovechada.

¿Qué programa usas para planificar tus fotos?
PhotoPills me parece un programa muy completo. Aunque no te voy a engañar, yo miro en Google la fase de la Luna y a qué hora sale y con eso me apaño.
Me ha gustado ver que muchas de tus fotos no son de los típicos paisajes habituales Algunos los desconozco, como, por ejemplo, el de “La noche mágica”. ¿Dónde está este maravilloso lugar?
Cala Canyet, una de las maravillas que tiene la Costa Brava, en Girona. Suelo ir a menudo. Caminar por esa pasarela es como dar un paseo sobre el mar. No es una zona muy explotada, pero casi mejor. Para esa toma sólo caben dos trípodes. ¿Te imaginas ir hasta allí y no poder ponerse manos a la obra después del madrugón?

Tienes un gusto exquisito a la hora de revelar. ¿Pasas mucho tiempo editando?
Paso más tiempo del que me gustaría. Me gusta más ir a cazar la fotografía que editarla.
¿Cuánto tiempo de edición sueles dedicar de media a cada foto y qué programas usas para ello?
Eso depende. Cada fotografía tiene su historia detrás. Calculo una media de tres horas, e intento que no sean seguidas. Me gusta dejar reposar las fotos. Utilizo Photoshop y LightRoom. Cómo casi todos, ¿no?

Hay una cosa que me ha resultado especialmente curiosa, y es que eres de las pocas personas que he visto que hace uso de los filtros para las fotografías nocturnas. Háblanos un poco de los filtros NISI, ¿cuáles son sus cualidades?
¡Uy, son muchas sus cualidades! Desde la nitidez, debido a que el vidrio usado es de alta gama, hasta la gran oferta de densidades y modelos, que responden muy bien con las lentes angulares y no viñetean. Y son fáciles de limpiar.
¿Son asequibles?
Los filtros, sean de la marca que sean, no son baratos. Yo, como en todo en esta vida, busco la relación calidad/precio, así como servicios relacionados. Los uso desde mis inicios y estoy contenta, tanto con el resultado como con el asesoramiento recibido.
En la foto “El monstruo de Titanio” usas uno de 10 pasos, lo cual te restará mucha luz. En nocturnas casi siempre intentamos captar la luz y esto lo dificulta. Entonces, mi duda es ¿qué consigues al utilizar este tipo de filtro?
Hay que tener en cuenta que era la última hora de la tarde. Mi intención era hacer desaparecer la figura humana y reflejar, tanto en el cielo como en el agua, una larga exposición para conseguir ese ambiente. Yo lo consigo con esa fórmula.

Creo que se te podría considerar un poco todoterreno, porque lo mismo haces urbanas que paisajes de naturaleza. ¿Con qué dirías que disfrutas más?
Son experiencias distintas. En cuanto a fotografía pura, la urbana me gusta más. Sin prisas, menor esfuerzo físico… ahí te puedes relajar y disfrutar en todo momento. En cuanto a los paisajes de naturaleza, se mezcla la fotografía con la superación personal. Siempre es un reto andar cuatro horas para alcanzar un pico, dormir mal y tener el estrés de que se den todas las condiciones necesarias para captar el momento… Una buena luz, ausencia de nubes, etc. Quien me iba a decir hace diez años que dormiría a 2000 metros de altura, después de caminar seis horas con nieve hasta la rodilla, y dormir con 15 extraños.

“Reflejos en el canal” tiene un rango dinámico y una calidad espectacular. El control de las luces también me parece perfecto para ser una sola toma. ¿A la hora de revelar tienes algún truquillo para este tipos de fotos? Por ejemplo, ¿usas alguna máscara de enfoque para potenciar los detalles y demás?
Cuando hago nocturnas de paisaje urbano procuro llevarme en cámara un buen control de luces y sombras, y en la edición las trabajo. Suelo utilizar las máscaras de luminosidad y los filtros Nik Collection.

Cuéntanos un poco. ¿Qué sueles llevar en la mochila?
¡Buff! Mi mochila pesa mucho. Llevo mi Nikon D810, un par de objetivos, el Nikon F 14-24 y el Nikon F 24-70, un par de disparadores, el portafiltros y los filtros, tres baterías para la cámara, una gamuza para limpiar los filtros, tarjetas de memoria, un paraguas y un chubasquero, una cartulina para el break cut… y un llavero de Vincent Van Gogh comprado en uno de mis viajes para identificar mi mochila. Es uno de los gadgets más envidiados de ella.

En la imagen “Camino de luz” no llego a adivinar si has iluminado un poco el camino… ¿Sueles iluminar las escenas?
Sí , suelo iluminarlas, pero lo hago en la edición.
Háblanos un poco de más esta foto, para los que aun no conocemos este lugar, ¿es un sitio al que resulta difícil de acceder?
“Camino de luz” está hecha en las Bárdenas Reales, es un lugar de ensueño, al menos para mi, pero no es fácil conseguir una foto allí. Tienes que conocer bien la zona para llegar, con la dificultad añadida de que no está permitido estar allí durante la noche. Hacer esa foto era un sueño que veía difícil poder cumplir. Siempre estaré agradecida a las personas que hicieron posible que yo estuviera allí aquella noche.

Tienes alguna anécdota de esas difíciles de olvidar que te gustaría compartir con nosotros.
¿Difícil de olvidar? Aun me dura el disgusto… En la playa del Portizuelo, un mes de marzo, aprendí que la tecnología y el agua no se llevan bien. Cómo dicen unas amigas mías, esperando la ola perfecta, llegó la catorce y móvil, cámara y yo nos caímos al mar. Hay que ir con mucho cuidado en según qué localizaciones. Por encima de una buena fotografía estamos nosotros.
¿Algún consejo para los que estamos empezando en esto para llegar a tener un estilo tan depurado y definido cómo el tuyo?
Yo empece sin noción alguna. Estro no es fácil, tienes que ser muy constante y dedicarle muchas horas. Pero, vamos, si tú estás leyendo ésta entrevista puedes conseguirlo. Personalmente he asistido a muchos talleres y me he ido quedando con un poco de todos hasta conseguir mi propio estilo.

Por último, ¿qué es para ti la fotografía? ¿Qué sientes cuando llega ese momento de preparar la mochila para salir?
Para mi, la fotografía ha sido un giro inesperado en mi vida. Cómo ya he explicado en otras ocasiones anteriores, he cambiado los tacones por las botas de montaña, los bolsos por las mochilas, los restaurantes por los bocadillos, y el dormir por los madrugones, pero la fotografía se ha convertido en mi válvula de escape. Una forma alternativa de viajar, de ver mundo y aprender. Preparar la mochila conlleva un cosquilleo en el estómago, algo así como cuando estas enamorado. No sé si me explico. Algunas preguntas que me vienen a la cabeza podrían ser: ¿Será como me imagino? ¿Encontraremos las localizaciones? ¿Tendremos las condiciones atmosféricas adecuadas? ¿Conseguiré la fotografía que llevo en mente? Un sinfín de dudas que quedaran resueltas en horas. En definitiva: la fotografía me hace feliz.