Irlanda, Paseo Entre Nubes

Normalmente estoy deseando que llegue el otoño para empezar la temporada fuerte de fotografía nocturna. El verano, con sus noches cortas, el calor que fríe los sensores y los cielos anodinos, hacen que sea la temporada menos productiva para mí. Tenía Irlanda en mi punto de mira desde hace bastante tiempo, pero por diversas razones siempre he ido aplazando ese viaje. Quizás fuese el verano tan terrible que tuvimos el año pasado, lo que me hizo plantearme un viaje al lugar que yo tenía idealizado como “el paraíso de las borrascas”.

Me gusta planificar mis viajes, especialmente en lo referente a la fotografía, con mucho detalle. Revisando las posibilidades que tenía Irlanda a partir de la cantidad de información que puedes localizar en la web, me di cuenta de dos cosas: Irlanda tiene unas posibilidades fotográficas inmensas, especialmente para la fotografía nocturna. Pero también me di cuenta de que Irlanda es mucho más grande de lo que yo pensaba. Analizando las distancias y tiempos que me iban a llevar recorrer la isla, llegué a la conclusión de que en una semana solo tendría tiempo para moverme por la cuarta parte de Irlanda. De todas las zonas de la isla, la que más me llamo la atención fue la zona del Noroeste, con sus costas escarpadas, castillos, barcos varados, abadías abandonadas…

FanadHead
Fanad Head. Fanad Head, Donegal. Sony Alpha 7R II, 28mm, f/6.3, 15 segundos, ISO 320. Tapado con cartulina negra. Ubicación: 55°16’34.83”N 7°38’1.48”O

Siempre que puedo me gusta moverme en autocaravana, o en una furgoneta más o menos acondicionada. La flexibilidad que proporciona el poder dormir al lado de los lugares que vas a fotografiar, compensa en mi opinión las incomodidades que tiene el desplazarte en un vehículo voluminoso. En el caso de Irlanda el reto es doble, ya que además hay que añadir la dificultad para adaptarte a la conducción por la izquierda y a lo extremadamente estrechas que son sus carreteras.

Como siempre, el equipo habitual de fotografía de viajes compuesto por Daniela y un servidor, con un montón de material fotográfico y de iluminación, nos embarcamos en el avión que nos llevaría a Dublín. En el aeropuerto nos recogió una persona de la compañía de alquiler y mientras metíamos las maletas en el coche, caía ya el primer chaparrón. Nos dijo con un poco de sorna, “¡Welcome to Ireland!”.

 Siempre tengo dudas sobre el estado en que voy a recibir las autocaravanas que alquilo, ya que en algunas ocasiones los vehículos dejan mucho que desear.  Por suerte, en esta ocasión, nos entregaron un vehículo último modelo con todo tipo de accesorios tecnológicos. El viaje no podía haber empezado mejor.

Una vez pasados los primeros minutos de pánico y nervios intentando adaptarnos a la conducción por la izquierda, conseguimos encontrar la salida a la autopista M6 y poner rumbo a Galway, nuestro primer destino. La autopista a Galway es excelente, pero prácticamente no volvimos a rodar por otra autopista hasta el final del viaje. 

Galway

Nuestro primer destino era el castillo de Dungaire, muy cerca de Galway y pegado a un entrante de mar. Como ya me imaginaba, la lluvia intermitente nos iba a acompañar desde que aterrizamos hasta el final de nuestra estancia. Tengo que decir que me encanta esa situación meteorológica, ya que los continuos cambios hacen que obtengamos fotos muy impactantes. Como contrapartida, hay que estar muy atentos para capturar esos instantes de luz efímeros que se presentan. Eso mismo nos pasó nada más llegar al castillo, vimos un arcoíris que enmarcaba precisamente al monumento y cuando nos pusimos en posición de disparar, el arcoíris se desvaneció. En cualquier caso pude comprobar que el castillo tenía unos focos imponentes, por lo que lo descarté para una sesión nocturna. 

Siempre llevo programados más lugares de los que se pueden hacer en una noche por aquello de los imprevistos y en los viajes a los que vas a un lugar por primera vez, éstos suelen ser más numerosos. Así que decidimos ir hacia el castillo de Doonagore. En realidad es una torre circular muy bonita con un recinto amurallado. 

Aquí sucedió un incidente que, en cierta forma, condicionó el resto del viaje y fue que las carreteras locales resultaban cada vez más estrechas y la autocaravana pasaba rozando los coches que se cruzaban con apenas escasos centímetros de margen. En un cruce con un autobús de turistas nos acercamos demasiado al borde del camino para evitarlo y zás, el retrovisor izquierdo se hizo añicos contra un poste. Ni que decir tiene que este contratiempo supuso un jarro de agua fría, ya que un retrovisor lateral es muy importante en un vehículo que solo tiene dos y lo razonable habría sido volver a Dublín y esperar a que lo sustituyesen. Pero la perspectiva de perder seguramente 2 días de un viaje de una semana, no resultaba muy atractivo. Decidimos continuar, haciéndonos la promesa de ir con mucha precaución y confiar en no cruzarnos con la policía de carreteras…

El retraso del incidente hizo que llegásemos al castillo de noche y además apenas había un lugar donde dejar la autocaravana. La aparcamos en la puerta de no muy buena manera, e inmediatamente nos dimos cuenta de que el acceso estaba cerrado por una valla bastante alta y extensa. Como no me doy fácilmente por vencido, di una vuelta siguiendo la carretera exterior y encontré un punto elevado desde donde podía hacer una toma amplia del castillo.  Le dije a Daniela que iluminase la torre a través de los barrotes de la puerta y después de unos cuantos intentos conseguimos dar con una iluminación adecuada. Por mi parte vi que el viento traía nubes dispersas y fui ajustando el tiempo de exposición hasta conseguir una foto que me gustó mucho. La foto refleja bastante bien esa idea que tenía en la cabeza sobre la Irlanda de los castillos medievales y por eso la he titulado “Irish Fantasy”.

DunleweyChurch
Dunlewey Church. Dunlewey, Donegal. Sony Alpha 7R II, 21mm, f/13, 1/25 segundos, ISO 100. Ubicación: 55° 1’9.35”N 8° 6’42.33”O.

Como no podíamos quedarnos más tiempo en este sitio, pusimos rumbo al dolmen de Poulnabrone que estaba relativamente cerca. El dolmen de Poulnabrone, en irlandés  Poll na mBrón, “agujero de penas”, es un antiguo enterramiento del neolítico que se encuentra en una zona cárstica denominada el Burren. Cuando llegamos al lugar estaba cayendo un aguacero bestial, así que aparcamos en el amplio parking y preparamos una reconfortante cena caliente (ventajas de llevar la casa a cuestas).

Después de la cena cesó la lluvia y despejó, por lo que fui a localizar el dolmen dentro del complejo que hay montado alrededor de este monumento. Cuando lo vi en medio de la noche, con la luna ya muy baja, me maravillé de lo bonito que se veía el cielo estrellado sobre este dolmen construido por otros hombres hace más de 5.000 años. Pensé que seguramente esos hombres habrían visto este mismo cielo y se harían más o menos las mismas preguntas que me hago yo. No soy mucho de fotografía de  vías lácteas como sujeto principal de la toma pero, en este caso, el cielo y el dolmen me parecieron que estaban íntimamente conectados, así que decidí utilizarla para reforzar el mensaje de la foto. Avisé a Daniela y con el equipo in situ nos dispusimos a hacer la foto que había visto antes en mi cabeza. La principal dificultad de la foto fue el trabajo con ISOs altos para potenciar las estrellas y la piedra blanca del dolmen. El dolmen se quemaba fácilmente en nuestras pruebas de iluminación. Después de una serie de intentos conseguimos una foto aceptable, con la vía láctea justo en la vertical del dolmen. Y como el día había sido muy intenso nos fuimos a dormir.

Dun Briste

El siguiente punto fotográfico que tenía en mente es un farallón marino denominado  “Dun Briste”, que traducido es algo así como “El fuerte roto”. El recorrido hasta llegar a ese punto es largo, por lo que decidimos hacer solo esa localización ese día. 

Nada más llegar te das cuenta que es un lugar especial. El sitio está bien acondicionado para quien quiera pasar el día, con mesas de picnic y servicios. Las vistas de la playa rocosa y los grandes espacios invitan a dar paseos por los alrededores. Pero el plato fuerte es precisamente el farallón. Para llegar a él hay que subir una cuesta de hierba muy larga, rodeado de vacas y ovejas, hasta alcanzar una altura de unos 50m. Allí podemos ver, desde un cortado que pone los pelos de punta, el farallón de Dun Briste. Este trozo de tierra ha quedado separado de la costa y por su esbeltez parece desafiar toda lógica. El farallón está compuesto por múltiples estratos geológicos de diferentes colores y texturas, dando lugar a una columna multicolor coronada de hierba verde en la parte superior.

TheIrishTrader
The Irish Trader. Baltray, Louth. Sony Alpha 7R II, 15mm, f/5.6, 30 segundos, ISO 1000. Linternas cálidas y tapado con cartulina negra. Ubicación: 53°44’15.70”N 6°15’1.45”O

Tenía esperanzas de sacar alguna nocturna buena de este lugar, pero una vez más las cosas en los viajes no salen como uno planea. Después de un día fantástico, con sol y nubes, el cielo se fue cerrando al atardecer. Cuando por fin subimos a intentar hacer la foto el cielo estaba encapotado y la poca luna no iluminaba el farallón. Los intentos de iluminarlo con linternas chocaban con el hecho de que había mucha humedad marina en el ambiente. La luz se dispersaba en esa neblina haciendo imposible iluminar a distancia. 

Tengo que decir que estar de noche al borde de un acantilado de 50m sobre el mar, sin protección y con bastante viento, es una situación que no te gusta mantener mucho tiempo. De hecho, tenía el trípode “muuuuy plano” para evitar ser barrido por el viento. La llegada de los primeros aguaceros puso fin a mi resistencia y decidí claudicar y retirarme a dormir.

Muckross Head

Cuando planificas un viaje en autocaravana, buscas lugares despejados donde poder aparcar y quedarte y este pequeño cabo reunía esas condiciones. Además el lugar es fantástico para hacer escalada y fotografía, por supuesto. En el extremo del cabo hay unos cortados de arenisca estratificada de unos 10-15m de altura que dan lugar a un paisaje fantástico. Durante la marea baja se puede llegar a la base de los cortados y hacer escalada. Mi idea era hacer fotos nocturnas desde la base coincidiendo con la marea baja. La parte superior está muy erosionada por el viento y el agua, y da lugar a un paisaje casi lunar. Durante el día estuvimos recorriendo el lugar y haciendo ejercicios de composición en este paisaje tan llamativo. Tenía ganas de intentar alguna nocturna, aunque las previsiones decían que el viento iba a arreciar hacia la noche… 

HouseOfTheTwoChimneys
House of the two Chimneys. Crohy Head, Donegal. Sony Alpha 7R II, 24mm, f/5, 20 segundos, ISO 1000. Linternas cálidas. Ubicación: 54°54’16.80”N 8°25’31.37”O.

Y así fue. Las ráfagas de más de 80 km/h hacían casi imposible mantener el trípode vertical. Tenía que sujetarlo con todas mis fuerzas además del lastre de 8 kg que llevaba colgado. Cerca del mar la cosa era peor, ya que las ráfagas de aire enviaban el agua de las olas pulverizada y en gran cantidad. Sé por experiencia que el agua de mar y las ópticas y la electrónica no se llevan muy bien, por lo que me conforme con lo fotografiado hasta entonces y volvimos al cálido refugio de la autocaravana. Como siempre, fiel a su cita de todos los días, la lluvia en forma de fuertes aguaceros hizo acto de presencia. ¡Esto es Irlanda!

Crohy Head

La idea de esta etapa era llegar al atardecer a un cabo denominado Crohy Head, donde existe una arco de piedra en el mar que por supuesto se llama Crohy Arch. Por el camino visitaríamos el Kilclooney Dolmen. Lo cierto es que por un error de interpretación puse las coordenadas del dolmen de forma incorrecta y perdimos bastante tiempo intentando localizarlo. El dolmen no está cerca de la carretera y hay que llegar andando por senderos entre explotaciones ganaderas. Una vez dimos con el dolmen resultó ser más bonito, desde mi punto de vista, que el de Poulnabrone. Estuvimos charlando con un granjero que se acercó a hablar con nosotros y me hizo bastantes preguntas sobre el uso de los filtros. Tengo que decir que aunque hablo inglés bastante bien, me resultaba muy difícil seguir lo que me decía por las particularidades del acento de la región. En general en este viaje me he llevado una grata impresión sobre la gente de Irlanda, que son cálidos en el trato y, en muchos casos, muy cordiales.

Continuamos el camino hacia Crohy Head y en este punto llegamos al límite del ancho de carretera que nos hemos encontrado en Irlanda. Para llegar a este punto los caminos se van haciendo cada vez más estrechos, hasta el punto que la autocaravana ya apenas pasa por el camino. En varios puntos nos tenemos que parar y bajarnos ver si pasamos por el sitio en cuestión. Finalmente conseguimos llegar al lugar e identificar el sendero que lleva al arco. Tarea no muy sencilla, ya que hay que pasar por varias fincas entre vacas y abriendo y cerrando puertas de todo tipo. 

La puesta del sol coincidía perfectamente con la orientación del arco, e íbamos a tener una marea media durante la puesta, pero creciendo para la noche. Cuando bajamos antes de la puesta de sol, nos dimos cuenta que las rocas de la playa, que son grandes y redondeadas, estaban completamente mojadas y resbalaban de tal forma, que resultaba complicadísimo avanzar unos metros con las cámaras y los trípodes. Era casi misión imposible buscar un encuadre bueno en un entorno tan resbaladizo y con olas que pueden mojarte en cualquier momento. De tal forma que me tiré todo el rato limpiando los filtros del agua de mar que salpicaba y a la vez con un ojo puesto en el mar por lo que pudiera pasar. La puesta de sol no resultó tan espectacular como esperaba, pero conseguí obtener alguna foto decente. 

SurvivingInTurbulentTimes.
Surviving in turbulent times. Meenlaragh, Donegal. Sony Alpha 7R II, 21mm, f/18, 1,3 segundos, ISO 1600. Filtro ND de 2 pasos, filtro degradado de 3 pasos. Ubicación: 55° 8’43.81”N 8° 9’54.55”O.

Con esta experiencia, la idea de hacer fotos en plena noche y con la marea más alta resultaba aterradora, así que decidimos ir a un lugar próximo en el que habíamos visto una casa abandonada y un lugar muy bueno para pasar la noche.

Las fotos de la casa abandonada resultaron ser un juego de niños frente a las dificultades del arco. La casa abandonada hace tiempo no tiene tejado y eso junto con las chimeneas de piedra que quedan en pie, le dan un aspecto algo lúgubre, parecido a los que tengo en mente sobre las películas de época de Irlanda. El cielo además resultó espectacular, aunque sin privarnos de varios chubascos mientras hacíamos las fotos. Pero esperar a que dejara de llover en la autocaravana tomando un café resultó hasta agradable.

Dolmen
Under the same stars. Dolmen de Poulnabrone, Galway. Sony Alpha 7R II, 15mm, f/3.2, 60 segundos, ISO 2500. Linterna cálida. Ubicación: 53°2’55.40”N 9° 8’23.00”O.

Naufragio de Dunbeck

En esta etapa quería visitar la iglesia de Dunlewey y un naufragio en la playa del pueblo de Dunbeck. Había visto fotos de ambos lugares, que están relativamente próximos y estaba impaciente por ver las posibilidades fotográficas de ambos sitios.

La primera visita la hicimos a la vieja iglesia de Dunlewey. Esta preciosa iglesia del siglo diecinueve está construida en mármol blanco y cuarcita azul. En la actualidad no tiene techo, pero el resto está muy bien conservado. A destacar la torre del campanario coronado por cuatro adornos verticales, a modo de corona, que le dan un aspecto peculiar a la iglesia. El ambiente tormentoso del día encajaba perfectamente con el aire lúgubre de la iglesia. Mientras hacíamos fotos me di cuenta de que la iglesia estaba rodeada por farolas, por lo que esto casi obligaba a hacer las fotos en hora azul. La mezcla de luces de farolas y de tu iluminación no suele funcionar muy bien…

Con esta idea nos fuimos a ver el barco naufragado en la playa y cuando me acerqué a verlo, me di cuenta de lo deteriorado que ya estaba. El casco estaba ya partido en dos longitudinalmente y los restos de la maquinaria y mástiles estaban desperdigados por la arena. Con todo ello intenté buscar encuadres que ordenaran ese caos, o al menos lo minimizaran. El resto del día estuvimos visitando otros lugares de los alrededores.

LeftToItsOwnFate
Left to its own fate. Dunbeck, Donegal. Sony Alpha 7R II, 21mm, f/5,6, 37 segundos, ISO 1000. Linternas cálidas, gel amarillo. Ubicación: 55° 4’4.55”N 8°18’48.10”O.

Al aproximarse la puesta de sol nos acercamos a la iglesia, pero vi de repente que hacia la costa estaba creándose una puesta de sol espectacular, así que decidimos prescindir de la foto de la iglesia e intentar llegar al barco de Dunbeck a toda velocidad. 

Resultó una mala decisión, ya que llegué 5 minutos tarde a la explosión de color que se produjo y perdí ese momentazo, pero la fotografía es así… Sin la presión de la hora y con marea baja, esperé al momento óptimo de nubes y conseguí una serie bastante buena del barco. 

No puedo dejar de pensar que cada foto que se hace a este barco es única, ya que poco a poco se va deteriorando y, por tanto, modificando su aspecto. A este barco le queda ya poco tiempo, pues una vez abierto el casco por la mitad, la destrucción va a ser mucho más rápida.

IrishFantasy
Irish fantasy. Castillo de Doonagore, Galway. Sony Alpha 7R II, 24mm, f/3.2, 60 segundos, ISO 640. Linterna cálida. Ubicación: 53°0’13.71”N 9°23’14.18”O.

Magheroarty Beach

Este lugar me llamo la atención en las fotos que había visto, porque tenía una playa de arena interminable y unos cuantos barcos varados en la arena ya abandonados. El sitio es un istmo gigante de arena que se extiende unos 3 kilómetros y que debe de ser una especie de paraíso del windsurf y kitesurf, ya que estaba lleno de furgonetas de surferos. Viendo esa magnífica playa prácticamente desierta, nos pusimos a hacer tomas jugando con los efectos de las olas y aquí sucedió un segundo percance. Ante el envite de una ola muy grande, Daniela dejó la cámara sola y la ola barrió su Mark III con un 16-35 puesto, que quedaron, al menos aparentemente, cubiertos de agua. Tuvimos que ir corriendo a la autocaravana y realizar una limpieza a fondo antes de que fuese demasiado tarde. Contar con agua dulce y aire caliente simplifica las cosas y después de limpiar, desmontar y secar la cámara y objetivo, comprobé que no había tenido mayores secuelas. ¡Muy bien por la estanqueidad de Canon! Ya por la noche estuve realizando fotos a los barcos varados, pero no conseguí los resultados que perseguía y decidí volver dando un largo paseo por la playa disfrutando de una noche bastante apacible.

Fanad Head Lighthouse

Este era el último destino previsto del Norte de Irlanda. En este lugar hay un faro blanco muy bonito y del que he visto muchas fotos espectaculares. Así que pusimos rumbo al cabo de Fanad disfrutando de un día bastante soleado. Cuando llegamos aparcamos en el pequeño parking situado cerca del faro y nos dimos cuenta que el lugar era muy visitado, ya que había hasta un puesto de perritos calientes. Efectivamente, en muy poco tiempo el parking se llenó y había mucha gente paseando por toda la zona. Los alrededores del faro son una mezcla de granito y hierba, que con el sol toma ese color verde tan saturado de la hierba irlandesa.

DunBriste
Dun Briste. DownPatrick Head, Mayo. Sony Alpha 7R II, 21mm, f/13, 25 segundos, ISO 50. Filtro ND de 4 pasos, filtro degradado de 2 pasos. Ubicación: 54°19’36.21”N 9°20’50.

Me había imaginado este faro con nubes muy tormentosas y las olas batiendo el acantilado, pero el día se presentó de lo más apacible, con sol, poco viento y por tanto pocas olas. Lo mejor llegó después de ponerse el sol, cuando el lugar se quedó sin visitantes y pude hacer fotos justo con la luna en el encuadre. Intenté captar ese momento de serenidad que se produce después de la puesta de sol, con una luz azulada que reflejan también las piedras de granito. 

Estuve practicando con la técnica de tapado con una cartulina negra, intentado dar más luz al primer plano y menos luz al faro y la luna. Esta técnica artesanal produce fotos sorprendentes en una sola toma, pero requiere bastante práctica para obtener resultados decentes.

Dublín

La última etapa la dedicamos a volver hacia Dublín y nos llevó bastante tiempo porque utilizamos carreteras secundarias en muchos tramos para ver algo más de Irlanda. Tenía varias opciones para visitar y fotografiar Dublín, pero optamos por ir a un pueblo al norte de la ciudad llamado Baltray. En una playa, pegada a un campo de golf, hay un barco naufragado de hierro que había visto en varias fotos y que me parecía fascinante. No quería dejar pasar esta ocasión y, como dijo el irlandés Oscar Wilde; “La única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella”.

 El paseo desde donde pudimos dejar la autocaravana hasta el barco, resultó ser de una hora aproximadamente, así que decidimos hacer solo una excursión con la idea de buscar encuadres, pasear por la zona y hacer las fotos nocturnas en la hora azul por la situación de la marea. Cuando llegué al barco pude comprobar que, una vez más, el mar le había arrebatado mucha superficie y ya casi solo quedaba la proa como algo reconocible. El aspecto del barco es bastante curioso, ya que el mar lo ha deformado mucho y parece casi una escultura de arte moderno.

CrohyArch
Crohy Arch. Crohy Head, Donegal. Sony Alpha 7R II, 24mm, f/11, 1,6 segundos, ISO 200. Filtro degradado de 3 pasos. Ubicación: 54°54’54.88”N 8°27’18.90”O.

Esa fue la idea con la que trabajé cuando nos pusimos a hacer las fotos por la noche y lo cierto es que me sorprendió la saturación del casco oxidado y de las algas al iluminarlas con la linterna. La clave de la foto para mí está en el círculo de agua atrapada entre mareas que rodea al barco y que reflejaba el cielo también. Para reforzar la luz reflejada por el charco utilice una vez más una cartulina negra para exponer más tiempo la parte baja de la foto, todo ello coordinado con Daniela para aplicar la luz a los lugares que no quedan tapados en cada momento. En un instante dado, le dije a Daniela que se me debía haber movido el anillo del zoom, porque el círculo de agua no me cabía ya en la foto. Me comentó que más bien era la marea, que empezaba a entrar a toda velocidad; así que recogimos todo y salimos escopetados, pisando ya el agua que se aproximaba. La foto resultante me parece casi un cuadro de Dalí, por el aspecto surrealista que tiene en cuanto a color, forma y textura; y a mí es la que más me gusta de todas las del viaje. Así que, el que quiera retratar este barco, que se dé prisa, ya que tiene fecha de caducidad.

Al día siguiente entrega de autocaravana y vuelo de regreso. Había supuesto que el empleado de la agencia de alquiler se molestaría un poco por el retrovisor roto, pero no le sorprendió nada. De hecho, mientras nos conducía al aeropuerto nos confesó que llevaban rotos 32 retrovisores en lo que iba de año y que los encargaban por lotes para ahorrar costes. Por lo menos esa revelación nos hizo sentirnos un poco aliviados pensando que no éramos los únicos torpes extranjeros conduciendo por Irlanda.

Notas finales

Irlanda me ha parecido un destino fantástico y en especial para realizar fotografías nocturnas. Tiene infinidad de castillos e iglesias abandonadas, ideales para la fotografía nocturna; así como una costa muy extensa, como corresponde a una isla llena de playas, acantilados y paisajes espectaculares. Nosotros solo hemos recorrido una mínima parte de Irlanda, por lo que hay mucho que ver y fotografiar todavía. No es el mejor sitio para conducir un vehículo ancho, por lo que la próxima vez alquilaremos una furgoneta más pequeña, pero estoy convencido que volveré. Hay muchos vuelos desde España y son bastante baratos, por lo que el viaje no tiene que ser muy caro en conjunto. Adjunto a todas las fotos sus coordenadas GPS por si sirven de referencia a alguien que decida emprender una aventura similar. Incluyo tambien mi correo electrónico por si alguien quiere contactar conmigo.

Juan José García-Vaquero ‘Logan’

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