De todas las disciplinas que engloba la fotografía, hay dos que siempre me llamaron mucho más la atención que las demás, y estas son la fotografía de fauna y la fotografía nocturna.
Son dos modalidades muy exigentes y bastante distintas entre sí, por lo que ambas requieren de bastante práctica para comenzar a conseguir resultados.
La mayor parte del tiempo que dedico a la fotografía está destinado a aunar estas dos técnicas, intentando crear imágenes que en la mayoría de las ocasiones escapan al ojo humano.
En este artículo explicare algunos de los métodos y técnicas que utilizo para conseguir crear mis imágenes.

Lo primero que quiero contaros es que siempre trabajo con fauna salvaje. Para mí una de las grandes satisfacciones de la fotografía de fauna es el trabajar la especie que quieres fotografiar aprendiendo de ella todo lo posible, intentando observar sus comportamientos cotidianos, su manera de alimentarse, sus hábitats preferidos… En definitiva, un trabajo de campo exhaustivo que hará que el conseguir resultados a la hora de realizar las sesiones sea mucho más fácil.
Dicho esto, me quiero centrar primero en la fauna nocturna.

Son muchos los animales que comienzan sus andaduras al caer el sol, animales cuyos sentidos están desarrollados y adaptados perfectamente a la oscuridad. Búhos, lechuzas, ginetas, zorros y murciélagos, entre muchos otros, son un ejemplo de adaptación a la noche.
Todo lo contrario ocurre con nosotros. Los humanos nos volvemos torpes con la falta de luz, nuestros ojos no son capaces de ver mucho más allá de nuestras narices y sin ellos difícilmente podemos descubrir los innumerables animales que deambulan por lo alrededores en nuestros campos.
Para aprender sobre estos animales podemos ayudarnos de una herramienta muy valiosa para los fotógrafos de fauna: las cámaras de fototrampeo o cámaras espía. Son unos dispositivos que pueden captar imágenes y videos en plena noche. Están compuestas básicamente de una pequeña lente angular, de un sensor de movimiento y de unos leds infrarrojos normalmente invisibles. Cuando el sensor detecta alguna presencia, el dispositivo tomará una o varias fotos o grabará un vídeo que, aunque no será de mucha calidad, nos servirá perfectamente para nuestros fines, que no son otros que conocer más acerca de las especies que queremos fotografiar.
Una vez elegido un buen emplazamiento para colocar nuestra cámara de fototrampeo, podremos aportar algo de comida o agua para atraer al lugar a los animales. En otras ocasiones podremos colocarla cerca de algún posadero en el que hayamos encontrado indicios de presencia de alguna rapaz nocturna. Esta herramienta nos revelará muchos datos que nos pondrán sobre la pista de qué animales frecuentan el lugar elegido o en qué horarios son más activos, por ejemplo.

Para no extenderme demasiado en el tema de como fotografiar la fauna nocturna, me gustaría que leyerais el buenísimo artículo que escribió Antonio Hernández Robles en el número anterior de Fotógrafo Nocturno: la revista. Lo mismo podéis hacer para aprender un poco más sobre fotografía nocturna en general. En esta fantástica publicación encontrareis infinidad de artículos de grandísimos fotógrafos explicando cómo realizan imágenes nocturnas espectaculares.
Yo me quiero centrar en cómo combinar estas dos modalidades y así conseguir, o al menos intentar, fotografiar animales nocturnos en conjunción con cielos estrellados, la Vías Láctea o la Luna.
Para ello empleo diferentes técnicas e intento aprovechar todas las ventajas que nos da la fotografía digital actual. A continuación explicaré las que más utilizo normalmente.
Doble enfoque con cambio de objetivo
De la primera tengo que decir que es una técnica compleja y que requiere de bastante práctica.
Básicamente se trata de intercambiar dos lentes durante una larga exposición. Los materiales necesarios serían los siguientes:

Necesitamos un trípode con una lente que hemos preenfocado donde supuestamente estará el animal. Tenemos un segundo trípode con un teleobjetivo para fotografiar, por ejemplo, la Luna.
Necesitamos también un mando disparador y que nuestra cámara disponga del modo “B” (Bulb) para realizar una larga exposición.

Alguna unidad de flash será necesaria para iluminar la escena principal mientras que la Luna la captaremos con la luz natural que desprende.
Una vez tengamos todo esto preparado comenzaríamos enfocando y encuadrando la Luna donde queremos que quede plasmada en nuestro fotograma. Arrancaremos la exposición con el mando disparatador dejándolo bloqueado para que la exposición continúe hasta que nosotros decidamos. Nada más iniciar la exposición tendremos que tapar de forma manual nuestro objetivo, bien con su tapa, o con cualquier objeto opaco que no deje entrar luz al sensor. Esta acción tiene que ser rapidísima ya que una correcta exposición de la Luna suele rondar entre 1/250 y 1/500 de segundo. Nuestro satélite se mueve con mucha rapidez en el cielo y cuando usamos muchos aumentos para fotografiarla necesitamos una velocidad de obturación rápida si queremos nitidez. Si tardamos más en tapar nuestro objetivo, la Luna quedara sobreexpuesta y si nos precipitamos quedara subexpuesta o ni siquiera saldrá en el fotograma.

Tenemos que ser precisos en esto y practicar con anterioridad para conseguir el resultado idóneo.
Una vez que tenemos nuestro objetivo tapado y mientras continua la exposición, tendremos que desmontar el cuerpo de la cámara para montarlo en la lente que teníamos ya preenfocada. Esta acción debemos hacerla rápidamente y con sumo cuidado para que no entre nada de luz en el sensor. Recordemos que estamos realizando una larga exposición y que nuestro espejo esta levantado.
Una vez montada la cámara sobre el segundo objetivo, que también debe estar tapado para que no entre luz, tan solo queda esperar a que el sujeto llegue al posadero o adopte la pose que creamos mejor y en ese momento tendremos que, y por este orden, destapar el objetivo, disparar la iluminación artificial y cortar la exposición. Ahora solo queda esperar para ver el resultado.

Un consejo es que cuando se realicen este tipo de tomas activemos en nuestra cámara el parámetro de reducción de ruido en largas exposiciones, ya que la exposición puede durar varios minutos y esto ayudará a que nuestra cámara limpie de ruido la imagen resultante.
Namor Pastor explica con todo detalle en el anterior número de Fotógrafo Nocturno: la revista como realizó una imagen espectacular con esta técnica.
La dificultad que yo me encuentro a mayores es que, al trabajar con fauna salvaje, los modelos son imprevisibles. En ocasiones están en el lugar adecuado cuando los necesitas y otras veces no aparecen en toda la noche.
En este artículo encontrareis dos imágenes realizadas con esta técnica, tituladas “Adoración” y “Luz de Luna”
Mucha gente me pregunta que para qué empleo esta técnica si se puede hacer con una doble exposición en cámara de manera mucho más sencilla o incluso mediante un montaje con Photoshop… Pues bien, el motivo principal es que siempre que pueda y que las condiciones me lo permitan prefiero utilizar la técnica y no un software, bien sea de la cámara o informático. A fin de cuentas lo que me gusta es la fotografía. Otra de las razones es que cuando comencé a usar esta técnica, mi cámara no disponía de la modalidad de exposición múltiple y tuve que apañármelas para poder realizar este tipo de imágenes de forma manual. Y otra razón más es que haciéndolo de esta manera generamos un solo archivo RAW original que nos permitirá, por ejemplo, participar en cualquier concurso fotográfico en los que en muchas ocasiones valoran este tipo de trabajos y en los que, por otra parte, no admiten montajes ni manipulaciones.
Doble enfoque con un solo objetivo
La técnica de doble enfoque con un solo objetivo es algo menos compleja aunque trabajando con fauna salvaje en plena oscuridad, nada es fácil.
Se trata de enfocar dos o más puntos mientras hacemos una exposición larga.
Para ello podemos usar cualquier tipo de lente aunque si lo que queremos es mostrar una porción grande de cielo o de paisaje nocturno, lo ideal será una lente angular.
Yo uso esta técnica para conseguir un enfoque preciso en todo el rango de la imagen, mostrando tanto el primer plano como el infinito a foco. La manera de proceder seria la siguiente.

Primero, encuadramos nuestra imagen y enfocamos el primer plano, que iluminaremos de manera artificial mediante flashes o linternas, dependiendo del efecto que queramos conseguir. Una vez hecho esto, arrancamos nuestra larga exposición que puede durar el tiempo que queramos y que nuevamente dependerá de los resultados que queramos mostrar en nuestra imagen. Mientras dura la exposición, moveremos nuestro aro de enfoque al punto o los puntos que hayamos decidido como nuevos enfoques. Estos puntos podremos iluminarlos artificialmente o, si se trata de las estrellas, simplemente dejar que la cámara exponga el tiempo necesario para conseguir el resultado deseado (circumpolares, trazos de estrellas, Vía Láctea, etc…).
Encontrareis un par de fotos en este artículo realizadas con esta técnica, tituladas “Una ventana al Universo” y “Sapo circumpolar”.
Múltiple exposición
La última técnica de la que os quiero hablar la he descubierto hace poco tiempo, ya que mi anterior equipo no gozaba de esta posibilidad. Se trata de la exposición múltiple en cámara y tal vez sea con la técnica que se pueden componer imágenes más surrealistas y con un impacto visual muy alto.
Ni mucho menos esta técnica es igual que usar un programa informático de edición de imagen, ya que, al menos en mi marca, todo el proceso hay que realizarlo en la propia cámara mientras estás realizando las imágenes. Es decir, no es tan simple como elegir dos imágenes o más y mezclarlas a tu antojo, sino que tienes que ir componiéndolas mientras las realizas, lo que hace que se requiera cierta técnica para que los resultados sean adecuados. Además, hay un parámetro muy importante que es inamovible, el ISO. Esto quiere decir que el ISO hay que elegirlo cuando vas a comenzar la múltiple exposición, ya que no podrás cambiarlo en las sucesivas tomas.
Cuando realizas este tipo de técnica, el resultado es un archivo RAW en el que suele aparecer un símbolo que define que esa imagen ha sido tomada con esta modalidad. Esto creo que es muy importante para que no haya fraudes con estas fotos de cara al espectador o a concursos fotográficos y, por supuesto, siempre habría que decir con naturalidad como están realizadas estas tomas, ya que en muchas ocasiones son complicadísimas y requieren de un trabajo y una planificación muy exigentes.
Hay infinidad de parámetros y de modos para realizar esta técnica y que daría para escribir otro artículo, pero la mejor manera de aprender a realizarlas es experimentar con los múltiples parámetros y dar rienda suelta a la imaginación para conseguir imágenes imposibles.
Otras dos fotografías ilustran esta técnica dentro del artículo. Sus títulos son “Cuando llega la noche” y “Eclipsada”.
Espero que estas imágenes y estas pistas sobre como tomarlas, sirvan de inspiración para alguien.
Mario Cea