En la oscuridad de la noche, cuando las sombras se alargan y cobran vida propia, las nubes toman caprichosas formas y todos los rincones del mundo parecen esconder algo mágico. Es en ese preciso momento cuando mi imaginación se llena de ideas y sólo con la luz de la noche, a través de mi cámara, consigo convertir esos instantes en escenas llenas de misterio y emoción.

Tras estas líneas generales e introductorias, me gustaría empezar dando las gracias a mis incansables compañeros y compañeras de fatigas, siempre es un placer rodearse de gente con un talento como el suyo.

Todo lo que hago es por intuición de mi corazón pero, a pesar de ello, antes de hacerlo, ya sé lo que busco y lo que quiero. Para mí lo más importante de todo esto es la diferencia existente entre la competitividad y el disfrute de la fotografía y todo lo que ella conlleva. Con esta diferencia me refiero a la línea que separa salir una noche con mis compañeros y compañeras a disfrutar de la fotografía, de salir una noche con mis compañeros y compañeras para intentar hacerlo mejor que ellos y ellas, cosa que no es para nada mi estilo.
La fotografía nocturna me resulta, sin duda, fascinante. Supone un reto a veces de resultados inciertos e imprevisibles. Además, trabajar con escasas condiciones de luz en determinados escenarios, nos proporciona infinidad de posibilidades. Tan sólo tenemos que tener muy en cuenta algunas cuestiones para obtener sorprendentes fotografías. Creo que dentro de lo que cabe acaba siendo muy sencillo, después de preparar los parámetros en la cámara y de poner a punto el equipo (los flashes, linternas, filtros, etc.) y hacer la foto y verla a través de la pantalla de la cámara, te quedas con la boca abierta de lo alucinante que puede llegar a ser el resultado, cosa que tu no ves en la realidad con tus propios ojos. Parece algo irreal.

Como ya habéis visto en mis fotografías, mi trabajo es, creo, bastante sencillo. No me gusta complicarme, para mí cualquier motivo es bueno si creas una gran escena con un gran ambiente. Veréis que casi todas mis fotografías son de cielos cálidos, todo es por la gran cantidad de CL que hay en la zona de levante y porque me gustan ese tipo de escenarios. Creo que llama mucho más la atención.

En lo referente a la iluminación de los lugares, suelo trabajar casi siempre con linterna ya que dirijo la luz donde quiero que destaque.

El equipo que me suele acompañar batalla tras batalla está formado por los siguientes elementos:
Cámara Canon 5D Mark II y III, objetivos Canon 15mm (ojo de pez), Canon 17-40 L f/4, Canon 16-35 L III f/2.8. Linternas Led lenser T7, Rustu LED, Maglite 3D, Ultrafire 500, linterna RGB, panel de luz LED y cálido, flashes, geles de colores y bolas de humo.


En un tono más personal, os voy a contar un secreto: todas mis fotografias estas hechas «a pelo», nunca cuento el tiempo de iluminacion, ni los disparos del flash. Soy plenamente consciente de que esta forma de trabajar no es la correcta, pero yo soy así. Sencillo y directo. Me gusta currarme la noche sólo con el corazón, creo que es de ahí desde donde se proyecta la luz con la que se puede ver en la oscuridad.

Si tuviese que definir lo que significa para mí la fotografía nocturna en un puñado de plabras, sin duda alguna, me quedaría con estas que yo mismo escribí: «Hay sensaciones que ni el corazón es capaz de esconder. Deja que me quede un rato más aquí, entre la luz y la oscurdad… sólo hasta que se me pase el miedo.»


Por último, doy las gracias a toda la gente que sigue mi trabajo. Esa también es una forma de acompañarme durante las noches.
Manuel Valero