Conocí a Martín Zalba en alguno de los múltiples foros que la gran mayoría de nosotros visitamos con cierta frecuencia y entre unos y otros nos seguimos con asiduidad.
Son pocos los fotógrafos que han captado un arco iris lunar como es el caso de la fotografía que nos presenta a continaución correspondiente a la famosa playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)
También debo decir que es un placer disfrutar de sus fotografías, con un procesado digital de la imagen cargado de connotaciones subjetivas y un gusto exquisito.
El archiconocido Castillo de Tierra cobra un carácter especial de la mano de Martín que seguro estoy no os dejará indiferentes.
Ver una fotografía en cualquier medio y saber que es de Martín no es nada difícil pues, lejos de imitadores, tiene un estilo muy individual con el que se le asocia fácilmente.
Uno de sus paisajes favoritos corresponde a las Bardenas Reales, desierto con formas rocosas singulares próximo a Pamplona en el que consigue imágenes tan impactantes como las que siguen.
También le gusta visitar las localizaciones más bonitas de España como es el caso del litoral cantábrico y hoy nos deja aquí su manifiesto visual del que podemos disfrutar todos.
MARTÍN ZALBA
Con la fotografía nocturna trato de plasmar el encuentro del hombre con
las estrellas ya que nuestra forma de vida actual nos aleja del
firmamento, de esa ventana al infinito que ha guiado el rumbo de la
humanidad desde las más remotas civilizaciones hasta la colocación en órbita
del Hubble o de la ISS.
Las Bardenas, con sus cárcavas y depresiones semejan un
desierto inalterable que representa nuestra realidad: la tierra, el suelo,
el cielo, elementos que siempre están en el horizonte de las estrellas. Ese
horizonte representa nuestros sueños, lo trascendente, lo eterno… Es un
lugar que al menos a mí me provoca esas sensaciones y sentimientos y trato
de compartirlas con los demás.
Hacer fotografía de noche es inquietante (bueno, ahora ya no tanto) , a
veces se pasa cierto miedo o intranquilidad según el lugar (sobre todo en
el mar embravecido), pero la paz de la luna y de la vía láctea terminan
imponiéndose en el espíritu. Con la fotografía nocturna intento atrapar un
instante de nuestro fugaz paso por el mundo y es realmente bello ver cómo la
tierra con su giro, va dibujando el cielo y nuestro destino.