Entrevista de Rocío Jurado a Natalia Aguado.

Natalia es ese tipo de fotógrafas que tienen un mundo interior muy grande y eso se ve reflejado en su fotografía. Predomina el uso del color por encima de todo y desde luego sus imágenes tiene una estética realmente de calidad. Os dejamos con las palabras que comienzan esta entrevista realizado por Rocío Jurado.
Hacía tiempo que no sentía algo como lo que sentí al ver las fotos de Natalia Aguado ‘IrreBerenTe’. Algo que a día de hoy, con la cantidad de fotos que vemos diariamente me resulta muy complicado: que al ver una foto se te pongan los vellos de punta. Y me pasó con varias de sus fotografías, pero sobre todo con una, y espero que adivinéis a la que me refiero. Pero para ello tendréis que leer esta entrevista que no tiene desperdicio y con la que espero que disfrutéis.

Natalia, antes de nada quería darte las gracias por compartirtu trabajo con nosotros a pesar de haberte pillado en tus vacaciones, eso dice mucho de ti, así que mil gracias. En lo primero que quiero hacer hincapié es en que creo que muchas veces pensamos que tenemos que ir lejos para atrapar momentos únicos como los que tu sueles capturar, pero el otro día me comentaste que haces las fotos muy cerca de casa, ¿es así?
Así es. Es un privilegio vivir en el norte, donde tenemos unos paisajes preciosos, tanto de costa como de montaña. Vivo en Bilbao y paso mi tiempo de ocio en Cantabria. San Vicente de la Barquera es el sitio de mi recreo y mi musa.

La mayoría de tus imágenes tiene unos cielos muy potentes y cargados de nubes, ¿te ayudas de alguna aplicación para planificar las salidas? ¿Cómo te las ingenias para pillar siempre esos cielos tan espectaculares?
Para serte sincera tengo el móvil petado de apps de previsión del tiempo, tormentas, nubes, viento, mareas y planificadores varios. Creo que todos los que nos dedicamos al paisaje vivimos mirando al cielo, y en mi caso particular también controlando las mareas. Para mí son muy importantes las nubes, tienen una presencia relevante en mis fotos. Son lo que más me gusta del mundo, creo que junto a las flores tienen una belleza imponente por sus formas y colores. No suelo salir a hacer fotos si el cielo está raso, a no ser que haya ido expresamente a una localización sin poder elegir el momento y no me quede más remedio. Supongo que, como todos, me las ingenio repitiendo localización hasta que se dan las condiciones que busco. Además, en mi caso, que no salgo si no hay previsión de nubes, están sí o sí. También te digo que si publicase una foto completamente blanca o negra cada vez que voy a una localización y las condiciones no son propicias, mi galería se asemejaría a un damero.

Veo que complementas muy bien los tonos de color en tus fotos. No sé si habrás dado algún curso de sicología del color o colores complementarios, ya que, como sabrás, los colores dicen mucho en nuestra fotos según lo que queramos transmitir.
He leído algo sobre el tema y se lo justo para sobrevivir, acertar con los colores siempre me ha parecido complicado. Por mi profesión, relacionada con la decoración, siempre he tenido que combinarlos y estoy familiarizada con ello, aunque en fotografía es otra cosa… Procuro acercarme al momento vivido, hago ediciones sencillas que me lo recuerden y lo plasmen. En tareas pendientes tengo formarme sobre este tema de una manera más detallada y extensa.

Por algunos de los primeros planos de tus fotos, como por ejemplo en “Sometimes the life improvises”, me da que eres de las que les da igual mojarse por hacer la foto, ¿llevas algún tipo de ropa o calzado especial?
Sí, sí, sí… no me gustan las fotos desde arriba o de lejos, necesito estar en contacto con el mar en este caso, sintiendo cada ola llegar. Es donde me divierto y me desconecto del mundo componiendo con las rocas y el tiempo de exposición, dependiendo del movimiento de las nubes y la fuerza que traiga el mar. Utilizo vadeador en invierno, aquí tenemos un Cántabrico potente y frío por lo que resulta indispensable estar protegida, en verano, dependiendo del lugar voy descalza o con escarpines.

Muchos fotógrafos suelen mirar fotos de un lugar antes de ir, para saber desde qué punto hacer la toma y demás. ¿Tú eres de mirar antes por Internet o te dejas llevar un poco cuando estás en el lugar?
Hoy en día no es necesario mirar expresamente. Hemos visto ya cientos de imágenes de mil sitios, por lo que no me resulta necesario. Es bonito llegar y descubrir, aunque también haga los encuadres clásicos que haya visto antes, ya que cada momento de luz es único y diferente.

Se ve que te encanta la playa ya que todas tus fotos están realizadas a paisajes de costa. ¿Es por algo en especial?
Es solo porque estoy casi siempre cerca del mar. Por proximidad, comodidad y pasión la mayoría de mis fotos son marinas.

La mayoria de tus fotos son largas exposiciones usando filtros y la black card. Para quienes no conozcan esta técnica, ¿podrías describirnos en qué consiste y cómo la utilizas?
Para mí, que hago ediciones sencillas porque no me gusta estar delante de un ordenador, la black card, junto con los filtros, me ayuda a conseguir la foto correctamente expuesta desde cámara en una exposición. Realizo el 90% del trabajo detrás del trípode. La black card no es más que un trozo de plástico o cartulina negro, aunque también tengo unas de aluminio pintado que son más resistentes al viento y al agua. Se utilizan tapando parte de la lente donde queremos quitar luz, suelo calcular a ojo y mediante prueba-error cuánto tiempo necesito tapar para que no se quemen ciertas zonas y tapo haciendo pequeños movimientos para que luego no se aprecie en la imagen la transición de la parte oscurecida. Conviene llevar black cards de varios tamaños y formas para que nos ayuden a resolver las situaciones que nos vamos encontrando. También con las mismas manos suelo recortar las formas que necesito in situ.

La imagen “Between lines” me encanta. Ese juego de líneas, esas texturas de la arena que se entrecruzan con el resto del agua que han depositado las olas, esos tonos del cielo y demás, me flipan. Es una imagen que me transmite mucho y hace que me transporte al lugar… Veo que para realizarla hiciste una multiexposición de siete tomas, mi duda es ¿por qué siete tomas y no una de 210 segundos, que es lo que suma toda la exposición?
Ese día había quedado una delgada nube paralela al horizonte, cuando atardeció las nubes se fueron con el sol. Decidí hacer una exposición tan larga porque no había viento y quería intentar “engordar” la nube ayudándome del movimiento en fuga que se consigue con una larga exposicion. La multiexposicion en cámara resulta muy práctica, voy disparando y viendo cómo va quedando y así decido cuando quiero parar porque la foto está como me gusta. También suelo usarla cuando las condiciones son adversas y es aconsejable obtener una larga exposición sumando exposiciones cortas para evitar que el mar o el viento muevan el trípode.

Cuando vi la foto de “The dragon laughs at me” he de decirte que incluso me emocioné. Hay que tener valor para hacerla, ya que es un autorretrato De verdad que es tremenda esa foto, te doy mi enhorabuena. ¿Cómo fue ese momento?
Había ido a hacer fotos al atardecer a la playa, cuando ya estaba llegando la noche y estaba recogiendo los trastos vi de reojo el resplandor de un rayo a la altura del espigón de San Vicente. Volví a montar la cámara en el trípode y a los cinco minutos comenzó a llover y medio tapé la cámara con la balleta de limpiar los filtros. Mereció la pena la caladura, en pocos minutos tuve la tormenta encima, justo delante de mí descargando toda su potencia sobre el mar. Abrumada ante tal espectáculo dispare las fotos que pude con una mezcla de nervios, admiración y respeto, sabiendo que sería muy difícil que volviera a tener una tormenta tan cerca de mi, ¡justo encima! Elegí tirar del factor humano para que las fotos resultaran más atractivas visualmente, ya que en la playa no había ningún elemento en el que apoyarme y con la intención de que se apreciara el momento tal y como lo viví. Al no tener paraguas ni donde resguardarme es todo cuanto pude conseguir, volví a casa con los pelos de punta pero feliz de haber sido espectadora VIP de semejante espectáculo. ¡Bendita naturaleza!

¿Hay fotógrafo que te inspire? En general, ¿cuál es tu fuente de inspiración?
Tengo la suerte de tener como amigos y compañeros de salidas a grandes fotógrafos y fotógrafas con quienes comparto experiencias y vida. Sin duda, son referentes para mí. Pero la verdadera musa es la naturaleza, majestuosa e impredecible.

Es de las pocas veces que dejo esta pregunta casi para el final, pero, ¿cómo es que te dio por coger la cámara e ir a capturar estos paisajes? ¿Cómo fueron tus comienzos?
Hace unos años hacía fotos al atardecer con una compacta, luego las veía en casa y me trasladaba de una mirada a aquellos momentos. Me parecía cosa de magia, instantes detenidos para siempre. Me regalaron una réflex al verme disfrutar con el tema y decidí aprender a usarla y ser yo quien decidiera los parámetros dependiendo del momento. Hasta hoy, que en esto me encuentro, aprendiendo cada día y disfrutando de la fotografía, que solo me ha dado satisfacciones.

¿Qué le recomendarías a quienes están empezando a adentrarse en este mundillo y les llama la atención el tema de usar filtros y hacer larga exposición? ¿Podrías darles algún consejo?
Me parece muy importante formarse, imprescindible. Más aun en estos tiempos de redes sociales, donde no existe la crítica que ayuda a ver tanto. Después, disfrutar del proceso, de cada salida y de cada pequeño avance. Y hacer fotos, muchas fotos.

Para despedirte, ¿hay algo que quieras aportar o alguna anécdota que te gustaría contarnos?
No hay espacio suficiente para contar anécdotas, cada foto lleva detrás una historia, por lo que aprovecharé para darte las gracias, Rocío, por hacer visible el trabajo de fotografas anónimas que vivimos con pasión la fotografía. ¡Gracias!