Hay personas que tienen muy claro cuál es el tipo de fotografía que les gusta desde el primer momento y dirigen todos sus esfuerzos exclusivamente a evolucionar en esa técnica. Sin embargo estamos otras que nos gusta la fotografía en general y no podríamos decantarnos claramente por un tipo u otro y vamos probando una técnica tras otra, hasta que al final llega el momento que alguna de ellas te engancha definitivamente. En mi caso han sido la fotografía nocturna y el light painting los que me engancharon desde hace más de 6 años.

Pero… ¿cómo se llega de fotografiar una puesta de sol, o una sesión de moda, a crear con luz algo que sólo existe en tu cabeza? Yo creo que es un proceso en el que primero empezamos intentando que nos salga alguna fotografía decente con estrellas, y poco a poco vamos incluyendo más efectos luminosos hasta llegar a crear formas difícilmente explicables a alguien que desconoce esta técnica.

También es cierto que una vez que te adentras en este tipo de fotografía descubres que es un universo donde gravitan mundos diferentes entre sí, y que también comenzamos probándolos todos. En mi caso, dentro de la fotografía nocturna, hay tres mundos que aunque giran alrededor de un centro común que es la larga exposición, tienen grandes diferencias y que en estos momentos no podría decantarme claramente por uno u otro, ya que todos me aportan algo. Estos mundos son: la naturaleza, los vehículos y las escenas/retrato.
Naturaleza

No hay nada más relajante que fotografiar la Vía Láctea, o una lluvia de estrellas una noche de verano. El frescor de la noche, la calma, el contacto con la naturaleza, es una terapia anti-estrés que recomendaría a cualquiera. Además es un tipo de fotografía que no requiere grandes esfuerzos de iluminación, ni dependes de modelos u otras circunstancias que exijan rapidez; simplemente la naturaleza y el silencio, o mejor aún, una charla relajada tomando un tentempié.



Vehículos
La fotografía de vehículos es una mezcla entre nocturna de larga exposición y light painting que me apasiona. Puedo estar horas y horas fotografiando un solo vehículo desde todos sus ángulos posibles y probando una iluminación tras otra. Cada vehículo tiene su propia personalidad, no es igual un vehículo abandonado y medio desguazado al que podemos “devolverle la vida” por un instante, que el último modelo recién salido de fábrica, un tractor o un avión. Cada uno requiere su iluminación personalizada



Escenas y retratos
De entre los tres tipos de fotografía nocturna que menciono, para mí este es el más exigente; en primer lugar porque conlleva una gran responsabilidad al involucrar cierto número de participantes entre modelos, maquilladores, peluqueros, vestuario, escenarios, atrezo, etc. En segundo lugar porque requiere cierta planificación, tanto de los elementos que intervienen en cada toma de los participantes, como del tipo de iluminación que vamos a utilizar. Y en tercer lugar porque estamos fotografiando personas a las que les pedimos que permanezcan inmóviles y hay que reconocer que es un gran esfuerzo por su parte, sobre todo cuando las condiciones climatológicas, el vestuario o el lugar, no son los más apropiados; lo cual obliga a trabajar lo más rápidamente y con el menor número de repeticiones posible.

En el anterior número de la revista Fotógrafo Nocturno (nº 2) hablo sobre la creación de historias a través de las escenas, si todavía no has leído el artículo ahora es el momento.


Espero que este artículo os sirva, como mínimo, de motivación para seguir profundizando en este universo fotográfico que estamos empezando a explorar y del que todavía nos queda mucho por aprender. Para cualquier cosa me tenéis a vuestra disposición en mi blog Noctografía y en todas las redes sociales.
Gabriel González