Hoy queremos presentaros a Eliecer Labory, pintor y fotógrafo autodidacta con amplia experiencia en la fotografía de paisajes que muestra todo su apoyo a fotógrafos principiantes y hoy se ha pasado por nuestra web para contarnos un poquito de su historia y mostrarnos sus bellas imágenes.
Como supongo que muchos de ustedes no me conocen. voy a presentarme: mi nombre es Eliecer López Labory, pero normalmente firmo como Eliecer Labory. Nací y vivo en la preciosa isla de Tenerife hace 46 años y soy cocinero de profesión. Mi afición por la fotografía empezó hace seis años, cuando llegó a mis manos una cámara réflex.

En realidad, no un hubo principio, simplemente surgió.
Siempre fui muy aficionado a la pintura. Realizaba técnicas con materiales poco convencionales, de los que surgían paisajes muy singulares. Era una forma de reflejar cómo veía las cosas, pero nunca me llegaban a llenar y muchos de ellos los hice desaparecer. Muy poca gente ha visto cuadros míos.

Un día me compré una cámara compacta, era muy básica pero me ayudó a descubrir los efectos que se podían conseguir con los distintos ajustes automáticos que tenía, trazas en fuegos artificiales, congelar movimiento en actividades dinámicas, incluso una acción para hacer efectos HDR. Tanta información despertó mi curiosidad por descubrir lo que se podría hacer con una cámara réflex, tenía muy claro que era algo más que una simple foto.

Un día me regalaron una Canon 1100D. No soy de los que piensa que una marca es mejor que otra, o que una muy buena cámara te hace hacer mejores fotos, de hecho, aquella humilde 1100D me abrió un mundo de posibilidades fotográficas que nunca hubiera sospechado.

Al poco tiempo y a base de empollarme mucha información que tuve la suerte de recibir, descubrí el revelado digital, el analógico nunca he tenido el placer de realizarlo, y casi por arte de magia era capaz de personalizar las fotografías. El revelado digital me llevó a la edición y aquí descubrí que podía prácticamente controlar la foto, luces, sombras, colores, objetos, ambientes, momentos, casi todo era variable, y empecé a jugar con las imágenes que me daba mi cámara.

Llegó un momento en que las prestaciones de la 1100D frenaban mi flujo de trabajo, ya que la aparición de ruido, la falta de nitidez y otros factores en los que está limitada empezaron a no ofrecer los resultados que yo quería.

Con un gran esfuerzo pude comprarme una nueva cámara, una Canon 7D Mark II. Decidí no cambiar de marca, a pesar de que tenía muchas opciones no tenía presupuesto suficiente para cambiar los objetivos también, además, los que tengo me gustan. No suelo tener demasiado material fotográfico, tengo muy definido lo que quiero hacer y solo cargo lo que me hace falta. Ha habido temporadas en las que diversas marcas me han suministrado material de prueba o para promocionar (muchas gracias a todos ellos) y no me queda más remedio que cargarlo, pero por lo general llevo pocas cosas.

La 7D Mark II me ofrecía las prestaciones que necesitaba para mejorar los resultados, pero mis conocimientos respecto a la edición se quedaron atrás comparado con lo que hacían otros compañeros. Entonces conocí al gran Shadi Nassri, a Ivan Ferrero y a Juanra Noriega. Ellos me ayudaron a conocer los secretos de las nuevas ediciones. Me di cuenta entonces de que mucha parte de la edición se hace en el momento de hacer la foto, técnicas de exposiciones múltiples, el uso de filtros y el blending, hacen que los resultados sean más óptimos, además de facilitar mucho el trabajo.

En 2017 creo FotoexperienciaTenerife, para dar apoyo logístico a fotógrafos que venían a las islas, además de realizar actividades fotográficas formativas. La idea era que los fotógrafos aficionados que empezaban pudieran tener acceso a información sobre las técnicas fotográficas básicas, además de poder probar y aprender a usar materiales útiles para fotografiar paisajes. En poco tiempo las actividades de FotoexperienciaTenerife se convirtieron en reuniones de amigos donde algunos acudían a aprender y el resto pasaba un rato agradable haciendo lo que les gustaba. Por cierto, también había mucha comida y alguna que otra botella de buen vino. Al final todos lo pasábamos bien, conocíamos gente nueva y aprendíamos los unos de los otros.

Actualmente sigo aumentando mis conocimientos e intentando hacer fotos que me gusten, además de realizar otros proyectos al margen de la fotografía.
Cada vez somos más los aficionados a la fotografía, en cualquiera de sus modalidades, pero siempre debemos respetar el trabajo de los demás, tener cuidado y no arriesgar más de la cuenta, respetar la naturaleza, a sus inquilinos y divertirnos, sobre todo divertirnos con nuestra afición, porque no olviden que solo son eso, fotografías.
Eliecer Labory